Duro de matar

Desde hace algunos meses circula por Internet una infografía que promueve más de un juego para los adictos al cine de acción. Allí puede verse, sobre un mapa planetario, la lista de las personas que Liam Neeson mató a lo largo de sus más de 60 apariciones cinematográficas.

Los números de ese cuadro crecieron sensiblemente en los últimos tiempos. Tal vez hayan ido demasiado lejos para el propio Neeson, que en 2008 salió a buscar un papel más exigente y comprometido en esta materia porque quería hacer "una película más física" y se encontró con el impresionante éxito global de Búsqueda implacable.

Desde ese momento, Neeson se transformó en una especie de prisionero del destino, y las tragedias de la vida lo llevaron a redoblar esa opción. Una y otra vez. Hoy, a los 62 años, este irlandés de imponente estampa física es el héroe de acción más inesperado de los últimos tiempos. Una figura que ocupa el lugar que soñaría cualquiera de los indestructibles liderados por Sylvester Stallone, pero sin ánimo de distracción o espíritu de camaradería. Y la nostalgia y el dolor que transmite desde su rostro atormentado responden a un dolor auténtico.

Ese nuevo camino que reinventó a Neeson se puso en marcha casi en el mismo momento en que el actor perdió a su esposa, Natasha Richardson, por culpa de un absurdo y aparentemente minúsculo accidente sufrido en una clase de esquí.

Caminando entre tumbas (A Walk Among the Thombstones), cuyo estreno en la Argentina anuncia Buena Vista para hoy, es el último avatar de ese largo camino que, por ahora, tiene perspectivas de seguir por mucho tiempo más. El propio Neeson no parece entender muy bien desde sus palabras la razón de este perfil al que decidió volcarse a partir del éxito y el reconocimiento masivo de la saga de Búsqueda implacable, que concluirá el año que viene con su tercera película. "¿Qué es eso de que «una película de Liam Neeson» tiene que ser hoy algo parecido solamente a Búsqueda implacable? Llevo hechas 60 películas y sólo tres o cuatro están orientadas en esa dirección", dijo hace poco.Pero parece aceptarlo, sobre todo porque así sigue construyendo una imagen cinematográfica poderosa, que en su caso resulta francamente atípica.

"Con la edad que tengo, seguir trabajando en el cine es casi un lujo. El héroe de acción pertenece hoy a personajes que andan por los 30 años, la mitad de la edad que tengo", afirma. Pero a la vez reconoce que Matt Scudder, el policía convertido en investigador privado...

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