'Por las dudas, volví y me bañé': Tiene 86 años, casi no salió desde que empezó la pandemia, pero hoy fue a votar

Martha Chiesa votó en una escuela en Colegiales

Se levantó temprano como hace siempre todos los domingos. Sobre la mesa del living dejó preparados la lapicera, el alcohol en gel, el barbijo y las gafas de seguridad industrial, junto al documento, para no olvidarse de nada. Anoche se acostó cerca de las 22.30, después de mirar televisión. Estaba un poco ansiosa. Después de más de un año y medio de casi no salir y no tener contacto con otras personas, Martha Chiesa, de 86 años, por fin tenía un programa por el que valía la pena salir: ir a votar. "No es que me entusiasmen los candidatos, ojo, pero es un derecho y con mi granito de arena quiero revertir los atropellos", afirma.

Esta mañana, antes de las 10 ya estaba en la calle, en Colegiales. Tenía que caminar apenas dos cuadras por Giribone para llegar a la escuela que le tocó y dejar su voto. "En los últimos meses mi única salida social fue ir al Tigre con mi hija y mi yerno. Ahora que ya tengo las dos dosis también hago mis compras en un supermercado. Todavía no me reúno con amigos ni compañeros de coro o del centro de jubilados", cuenta.

Cuidados

Seguramente, Chiesa se encuentra entre el grupo de vecinos que de manera estricta mantuvieron las condiciones del aislamiento, más allá de las restricciones y del relajamiento social. Hasta que se dio la segunda dosis de la vacuna, no participó de encuentros familiares, pero sí entró en negocios a hacer las compras. Aunque extrañaba horrores, resistió la invitación de sus amigas para ir a tomar algo a un bar, o reunirse en la casa de alguna de ellas. También declinó invitaciones de cumpleaños de los más chicos de la familia y ni siquiera volvió a ver a sus amigos de canto. "No es que me haya acostumbrado al encierro, todo lo contrario. Me gusta que mis amigos vengan a casa, el bullicio y el lío. Pero entendí que en este tiempo había que hacer otra cosa. Por eso, me quedé en mi casa todo este tiempo. Pero ahora, me parece que la situación amerita ir a votar. Es lo único que los ciudadanos podemos hacer para decirles a los que nos gobiernan lo que pensamos ", justifica.

"No es que me haya acostumbrado al encierro, todo lo contrario. Pero entendí que en este tiempo me quedé en mi casa todo este tiempo", dice Chiesa

Por eso, esta mañana salió a pie y después de dos cuadras de caminata, entró a la escuela a votar. "Fui temprano, para que no hubiera gente. Por mi edad tenía prioridad, y salió todo perfecto. Me llevé mi lapicera. El sobre no lo cerré...

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