Dudas sobre la herida que recibió un gendarme en el desalojo de los mapuches

ESQUEL.- El caso por la desaparición de Santiago Maldonado dio un paso clave para resolver uno de los mayores enigmas que persisten en la investigación: cómo y dónde se produjo la herida que recibió el subalférez Emmanuel Echazú, uno de los dos gendarmes que resultaron lesionados en el operativo.

El efectivo declaró bajo juramento que recibió un piedrazo de los mapuches en la vera de la ruta 40, en la entrada del Pu Lof, antes de ingresar al territorio. Pero, dado que las imágenes lo muestran con la cara ensangrentada a la vera del río Chubut, los investigadores se preguntan por qué avanzó con la persecución estando lesionado. Las sospechas son que pudo haber existido un incidente en ese lugar, donde se concentran todas las miradas por la desaparición del joven.

Según pudo saber LA NACION de distintas fuentes de la causa, para desentrañar este interrogante, la fiscal Silvina Ávila, quien instruye la causa por presunta desaparición forzada, le requirió al Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema, que perite la herida que recibió Echazú. El estudio se puede realizar partir de las fotografías que hay del procedimiento que se produjo el 1º de agosto en el Pu Lof de Resistencia Cushamen.

El objetivo de la pesquisa ordenada a los expertos es determinar, a través de una imagen del sangrado de Echazú que quedó registrada en una foto del operativo, cuántos minutos antes de esa captura se produjo la herida, para estipular con certeza si ocurrió en la ruta o en el río.

Echazú había declarado en la causa por habeas corpus, frente al ex juez del caso Guido Otranto, haber sido herido por una piedra arrojada por uno de los manifestantes mapuches, luego de que se levantara el corte de la ruta 40 que realizó la comunidad en reclamo de la liberación del lonko Facundo Jones Huala. Aseguró que fue lesionado en un pómulo antes de franquear la tranquera y de iniciar la persecución, que terminó a la vera del río Chubut.

"Se hizo un intento de entablar un diálogo con los mapuches. Pero no se dijeron ni dos palabras que ya nos estaban tirando piedras. Se empezó a avanzar, en ese avance se realizaron tiros intimidatorios, se hicieron disparos con escopetas con perdigones de goma. Avanzamos y logramos tomar posición en la ruta. Permanecimos un instante en la ruta, pero llegó un momento que no se podían aguantar las piedras. Avanzamos hacia el predio y ahí es cuando recibo el impacto de una piedra, justo enfrente de la tranquera...

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