El drama sirio: hora de decisiones

Siria está sumergida en una bárbara guerra civil desde hace más de dos años, con episodios de violencia salvaje e inhumana que han traspuesto todos los límites de la civilización. Esto ocurre, sin dudas, por parte de las fuerzas del gobierno que conduce el clan Assad –apoyado abiertamente en el terreno por los combatientes libaneses de Hezbollah–, pero también por parte de las milicias de una dividida insurrección, en la que se advierte una creciente participación de los brazos armados de los movimientos fundamentalistas islámicos más impredecibles, fanáticos y peligrosos, incluidos Al-Qaeda y sus grupos afiliados.La última demostración de barbarie sin límites ha sido el uso recurrente de armas químicas de destrucción masiva contra la población civil inocente de Siria por parte del gobierno de ese país.Como consecuencia de ello, una enorme tragedia humana se ha abatido sobre los 22 millones de almas que componen el castigado pueblo sirio. Una primera expresión de ese drama es la situación de ya más de dos millones de refugiados que escaparon de la muerte, la destrucción y el horror y que permanecen, con su desesperación a cuestas, en campamentos o viviendas precarios emplazados en los territorios del Líbano, Turquía, Jordania, Egipto e Irak. La enorme mayoría de ellos, mendigando y sobreviviendo a duras penas.En Jordania, un campamento es ya la cuarta ciudad en términos de población de ese pequeño país. A ello debe agregarse la tragedia paralela que involucra, además, a otros cuatro millones de personas que son desplazados internos, pues, aun estando en el territorio de Siria, debieron abandonar sus hogares.Lamentablemente, a esta gravísima situación se ha llegado como consecuencia directa del fracaso del sistema de seguridad colectiva de las Naciones Unidas, estructurado en torno al Consejo de Seguridad. Ese fracaso que lo ha transformado en impotente, como consecuencia del veto y de las amenazas de veto reiteradamente formuladas por Rusia y por China, miembros permanentes del organismo que han imposibilitado y efectivamente paralizado el accionar del Consejo de Seguridad con las dramáticas consecuencias que hoy están a la vista de todos.Bashar al-Assad es también responsable de haber cometido el acto insano de usar armas químicas contra sus propios ciudadanos. Esta conducta aberrante, que transgrede el límite de lo tolerable, bien puede haber sido ocasionada por la apariencia de debilidad en el andar de la comunidad internacional, sumada al deseo de...

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