El drama de la familia Jabbaz. Camisas tajeadas y sillas bajas, ¿cómo transitan el duelo los judíos ortodoxos?

La tragedia de la familia Jabbaz mostró algunas costumbres desconocidas del duelo de judíos ortodoxos. Tras el incendio ocurrido hace un mes, que devoró el departamento que compartían en Recoleta, el entierro de los cinco fallecidos fue inmediato, cuando todavía se realizaban tareas de investigación en el edificio y con el padre aún en grave estado sin tener noción del drama. "Esto era fundamental porque en nuestra religión los familiares no descansan hasta que su ser querido está enterrado", señala el rabino Eliahu Hamra, presidente de la Federación de Comunidades Judías Argentinas - AMIA.

Durante estos 30 días, los sobrevivientes de la familia Jabbaz se recluyeron en el dolor y recibieron una enorme contención, espiritual y psicológica. Isaac recién se enteró que había perdido a su esposa y a cuatro de sus nueve hijos cuando comenzó a mejorar en su internación. El domingo 10 de julio fue dado de alta y continuó el duelo en la casa de un hermano, cerca de donde vivía anteriormente, sobre la calle Ecuador.

Tras recibir el alta, Isaac Jabbaz se instaló con sus hijos que lograron sobrevivir al incendio en la casa de un hermano

Ritos y costumbres

Uno de los ritos que sigue la comunidad, los ortodoxos lo cumplen a rajatabla, es que los familiares directos -padre, madre, hijo, hija, hermana, hermano y cónyuge- se hacen un tajo en la camisa o remera frente al corazón, que tiene que tener unos diez centímetros y representa la tristeza por el fallecimiento del ser querido. Es una de las instancias más desgarradoras durante el entierro, seguido por la bendición, que dice: "Bendito sea el justo verdadero". Luego, los parientes más cercanos pasan entre dos filas enfrentadas armadas por quienes los acompañan, quienes les dan las condolencias.

En el momento del sepelio todos los presentes le piden disculpas al fallecido por cualquier perjuicio u ofensa que le hubieren causado. Antes de abandonar el cementerio, los asistentes se lavan las manos: al haber estado en contacto con la muerte, el agua representa la fuente de vida y tiene un mensaje esperanzador. Sin embargo, deben dejar que se sequen solas para no demostrar apuro por alejarse de los seres queridos.

Antes de salir del cementerio, es costumbre lavarse las manos por haber estado en contacto con la muerte

Los familiares transitan el duelo en tres etapas. La Shiva, que dura siete días; el Shloshim, de 30 días y el Avelut, que se extiende por 12 meses. A partir del momento del entierro, durante la...

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