Dos voces con naturalidad tanguera

Una manera de disipar la inquietud (evidentemente no resuelta) de hacer nuevo tango desde la composición, puede ser interpretar el de antes y el de ahora de la manera como se vive y se habla en la actualidad. Así surgirá un modo de cantar espontáneo y, seguramente, fuera de los cánones pero no de la esencia tanguera. De las voces femeninas -por estas pampas hay tantas y algunas muy buenas- pueden surgir algunos ejemplos de cómo cantar tango espontáneamente, sin abandonar el lenguaje.

Veamos dos casos de generaciones distintas. Tango, el nuevo disco de Marián Farías Gómez; Desde mí misma, de María Elía.

El apellido de Marián es referente del folklore argentino. Y por culpa de ese clan (especialmente por Chango, el genio de la familia) Farías Gómez remite a la canción folklórica. Eso se puede convertir en una especie de prejuicio hasta que se escucha el primer track del nuevo CD de Marián. Se trata de una cantante a secas, más allá del género que interpreta; y más allá de que venga de un disco (Para ir a buscarte, de 2011) donde la mayoría de los temas son del folklore.

Marián no tiene 20 años ni es una niña que recién empieza a cantar. Cuenta con una larga experiencia desde que en 1963 comenzó con los Huanca Hua. La experiencia le juega a favor porque el tango es algo que tiene asimilado de una manera tan espontánea que lo canta como le sale. Y ese "como le sale" no tiene asidero en convenciones sino en las características de su voz; en el porteñismo de su garganta, a veces áspera, otras delicada. Con eso le alcanza y le sobra para, sobre todo, interpretar, para dar su punto de vista, de temas muy conocidos. Clásicos.

No hay novedades en el cancionero, pero aparece...

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