Dos guillotinas para Guillermo Moreno

http://www.lanacion.com.ar/1621022-el-gobierno-defiende-a-guillermo-moreno-es-un-gran-funcionario-y-honesto¿Diríamos de él que es, en lo esencial, un "favorito" de la Presidenta? He aquí una posición privilegiada que Moreno sólo comparte con el viceministro de Economía, Axel Kicillof. http://www.lanacion.com.ar/1620913-el-gobierno-rechazo-el-procesamiento-de-guillermo-moreno-por-abuso-de-autoridaden tanto que el alejamiento de Moreno o de Kicillof sería una señal de que algo grave, quizá decisivo, ocurre en el entorno presidencial. Al hablar de los dos "favoritos" de la Presidenta, no nos estamos refiriendo a sus supuestas conexiones personales con ella, http://www.lanacion.com.ar/1620972-procesan-a-moreno-por-sus-abusos-en-defensa-de-la-inflacion-oficiallo cual fundamenta la conjetura de que la caída de Moreno o de Kicillof, de ocurrir, sería vivida por la opinión pública como un terremoto político.Sin embargo, algunos observadores juzgan que lo último que haría la Presidenta sería desprenderse de sus favoritos, pese a lo cual los rumores acerca de su posible alejamiento arreciaron en estos días, particularmente en el caso de Moreno. Él ha sido, sin duda, el autor de diversos "aprietes" contra los ciudadanos que no piensan como él, particularmente contra los responsables de las consultoras privadas que desmienten cada mes las fantasías del Indec.Moreno pretendió multar a las consultoras por decir la verdad, pero ellas bloquearon sus intenciones ante la Justicia, que esta semana se pronunció cuando el juez Claudio Bonadio decidió procesar al funcionario por "abuso de autoridad", un delito que es sancionado con dos años de prisión y el doble de tiempo de inhabilitación. En los considerandos de su sentencia el juez estima que Moreno pretendió "disciplinar" a las consultoras privadas para forzarlas a ocultar la verdad sobre nuestra situación económica.La reacción de la Justicia ante el autoritarismo de Moreno llegará probablemente tarde para producir efectos valederos, lo cual hace recordar al gran tratadista de Derecho Penal del siglo XVIII César Beccaria, quien hizo notar que las sentencias deben conocerse al poco tiempo de los delitos que ellas condenan, para que tengan efecto disuasivo ante la opinión pública cuando está aún fresca la memoria de lo que pasó. Este ideal de Beccaria está lejos de nosotros porque pasa demasiado tiempo entre el hecho y sus consecuencias judiciales, un lapso de muchos años en los cuales lo que reina no es el...

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