Dos estilos que trascienden la velocidad

¿Ustedes saben por qué el fútbol no termina de triunfar en los Estados Unidos? Porque el americano no puede entender cómo hay gente que está sentada en su butaca durante 90 minutos con la probabilidad de que el partido finalice sin goles. ¿Cómo un norteamericano soportará un espectáculo que puede no contar con emociones?". Así, tajante, fue la explicación de Max Mosley, por entonces presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), a fines de la década de los 90, cuando el automovilismo americano de monopostos, pese a aquella división entre el CART y la IRL, gozaban de la acentuada curva de ascenso promocional y la Fórmula 1 acusaba recibo.Mosley, hijo de sir Oswald Mosley, un reconocido fascista británico, trascendió las fronteras del automovilismo y protagonizó un escándalo mayúsculo al participar en una orgía sadomasoquista, salía así, en Nürburgring ante una conferencia de prensa, a defender el espíritu de la Fórmula 1."Es la máxima categoría del mundo automovilístico. Acá hay tecnología aeroespacial, desarrollos que promueven las terminales automotrices. Y en lo deportivo, hay estrategia. Siempre fue así y lo seguirá siendo. Pase lo que pase", determinó Mosley. Y así fue. Max dejó el principal puesto de la FIA (hoy ocupado por el francés Jean Todt) y la Fórmula 1 continuó por su camino.Frecuentemente, la F.1 comparte el domingo de su Gran Premio más emblemático, el de Mónaco, con las 500 Millas de Indianápolis, la competencia más tradicional de los Estados Unidos, tal como sucedió anteayer. Y con ambas exposiciones, se manifiestan los dos estilos, tan opuestos, que se contrastan en los óvalos americanos con las pruebas de origen europeo.En Indianápolis, cada último domingo de mayo, se corren las clásicas 500 Indy. Más de 250.000 espectadores colman las instalaciones de un predio único, donde la ciudad vive alrededor de lo que genera la mítica prueba.Son casi 4 horas de adrenalina, donde el público contempla a los máquinas que transitan a 380 km/h (algo así como atravesar un campo de fútbol de arco a arco en menos de un segundo) con la alta probabilidad de ser testigo de un gran accidente.Es cierto, también hay estrategias. Pero el sistema suele garantizar un final "cabeza a cabeza", ya que los relanzamientos son propios de la competencia luego de cualquier y mínimo. El domingo, después de recorrer 800 kilómetros, la competencia se definió por apenas 60 milésimas de segundo. O en...

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