Dos batallas homéricas con final incierto

¿Saben cuál es el colmo de un experto internacional en seguridad y delito? Venir a Buenos Aires y que le roben la billetera en un Starbucks. Y luego sufrir un verdadero calvario por distintas comisarías tratando infructuosamente de que le reciban la denuncia. Sucedió hace unos días, la especialista tiene estatus diplomático y es la máxima representante de un organismo regional de primer nivel: venía a interiorizarse sobre el estado de las cárceles bonaerenses, la performance de la policía cordobesa y la situación de la inseguridad ciudadana en la Argentina. Un descuidista le birló la billetera en un café, y ella estuvo horas y horas en dos seccionales porteñas rogando que tomaran registro del episodio: los oficiales no tenían sistema y pretendían configurar (enmascarar) el asunto como un simple "extravío". La mujer no consiguió su propósito, y la respuesta oficial fue finalmente paradigmática: "Esto ya no es la Federal, señora, ahora quéjese con el gobierno de la ciudad".

Esta pequeña anécdota no sólo revela la célebre negligencia argentina, sino también las tensiones subterráneas que persisten a raíz del traumático traspaso de veinte mil policías al ejido de Rodríguez Larreta: hay disgustos larvados y tal vez un cierto trabajo a reglamento, y el alcalde está obligado moral y políticamente a subsanar con la mayor rapidez ese malestar y esa peligrosa desidia. Curiosamente, la tasa de homicidios descendió a la mitad en Flores, zona caliente donde dos motochorros mataron a un chico de 14 años y los vecinos pidieron a viva voz la inmediata remoción de los responsables policiales. Esa noche sucedieron algunos hechos significativos. Un grupo de barrabravas intentó copar la comisaría señalada y produjo destrozos y golpes de puño, para horror de los propios manifestantes. Y algunos medios kirchneristas se regocijaron bautizando el triste evento como "una pueblada". El Poder Ejecutivo investiga ahora quiénes eran y a quiénes obedecían aquellos provocadores violentos e intimidantes. La apocalíptica cobertura, por su parte, perdió algo de vigor cuando los lacerados habitantes del barrio, después de clamar por la presencia de funcionarios de la Nación, comenzaron a lanzar diatribas contra las complicidades policiales con la delincuencia, contra los narcos de la villa 1-11-14 y contra la justicia de puertas giratorias. Algunos de ellos trataban a Mauricio Macri de blando, pero fustigaban los conceptos troncales de una administración kirchnerista que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR