La donación cuyos destinos se bifurcan

Apoco de asumir las actuales autoridades nacionales, los medios informaron que el empresario de la industria farmacéutica Alejandro Roemmers ofreció donar al Estado una valiosa colección de manuscritos y documentos que habrían pertenecido a Jorge Luis Borges.Siempre es una buena noticia que los ciudadanos aporten al Estado gratuita y desinteresadamente bienes y servicios que redunden en beneficio de la sociedad. Lo ocurrido en este caso particular suscita, además, varias reflexiones.Una donación semejante convertiría al Estado en custodio de objetos irreemplazables. Debido al interés internacional en la figura de Borges, esos objetos seguramente obtendrían un alto precio en cualquier subasta. Es encomiable, entonces, que un ciudadano haya antepuesto el bien común a su rédito económico personal inmediato. La actitud es aún más digna de encomio dado que el Estado argentino carece de los recursos presupuestarios adecuados y de políticas orgánicas y explícitas para la adquisición y preservación de bienes culturales, por lo que la venta de esos objetos a terceros habría privado a la sociedad de toda posibilidad de retenerlos en el país o de eventualmente recuperarlos.Pero es precisamente este aspecto, el de la ausencia de otras motivaciones salvo las puramente altruistas, el que merece especial consideración. En efecto, la industria farmacéutica mantiene importantes relaciones contractuales con el Estado para la provisión de drogas y medicamentos al sistema sanitario. Por consiguiente, nada de lo que se haga en virtud de esta donación debe estar o aparecer vinculado con favoritismos o tratos inequitativos entre el Estado, el donante o la actividad industrial a la que este último pertenece.Nos consta que la oferta de donar estos objetos fue hecha también al gobierno anterior, lo cual despeja dudas acerca de posibles segundas intenciones. No tenemos datos acerca de por qué no fue aceptada en su momento, pero la ausencia de una clara y fuerte política cultural orgánica, no espasmódica y consistentemente aplicada durante la gestión anterior seguramente fue un factor determinante para esa falta de interés. Por eso es encomiable que el donante haya insistido en su oferta a pesar de la anterior indiferencia estatal.Lamentablemente, la propuesta de donación ha levantado también alguna polvareda acerca del presunto origen ilegítimo de los bienes donados. Desde estas columnas no puede abrirse juicio al respecto, pero los años transcurridos desde que la...

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