Más que dólares, lo que necesitamos son goles

Qué lindo es viajar, pero más lindo es volver. Estuve en España y Portugal -trabajando día y noche sin parar, yendo de un foro a otro- y contaba las horas que faltaban para dejar ese Primer Mundo insensible; insensible a las realidades de América Latina. Estarán muy adelantados en muchos aspectos importantes (recorrí 2700 kilómetros de autopistas, rutas y caminos y no encontré un solo pozo), pero siguen sin entender la peculiar idiosincrasia de nuestros países. Por ejemplo, una y otra vez me preguntaron quién gobierna en la Argentina. "Lean los diarios, asómense a las redes sociales -respondía yo en mal tono-. Gobierna un triunvirato, con funciones claras y diferenciadas. Cristina es la estratega, Massa es el bombero y Alberto tiene una misión fundamental: completar el número, porque si no, no sería un triunvirato". Esa sencilla organización del poder, que por otra parte empezamos a usar con probado éxito en 1811, les resulta incomprensible. Querían saber quién manda de los tres. Expliqué que en rigor no termina de mandar ninguno, lo cual le otorga a la fórmula un sano equilibrio. Por supuesto, se interesaron por las peleas entre el Presidente y la vice. Tuve que cambiar mi discurso. "No lean los diarios, no consuman las fakes de las redes. ¿Cómo se van a pelear si hace meses que no se hablan?".

A medida que el Mundial de Qatar estaba más cerca, el fútbol fue desplazando a la política como tema central de las conversaciones, incluso en ámbitos académicos y económicos. Debo confesar que me sentí más cómodo hablando de la Scaloneta que del triunvirato. Dije que teníamos un invicto de 36 partidos, que éramos serios candidatos a salir campeones y que, como leí en algún meme, fueron tantos kirchneristas a Qatar que si no ganábamos la Copa también estaba la posibilidad de robarla. No captaron la humorada. Tampoco les resultó fácil asimilar el peso estratégico del Mundial en el Plan Aguantar de Massa: yo les decía que un mes con la gente distraída frente a la televisión era el mejor bálsamo contra feroces aumentos de luz y gas, inflación mensual arriba del 6%, caída del salario real, faltantes en las góndolas…; que a ese paréntesis le seguían la Navidad y después las vacaciones de verano, con lo cual el Gobierno ganaba cuatro meses claves . Lamentablemente, estaba en Madrid cuando perdimos con Arabia Saudita. Entrevistado por medios españoles, sostuve que el VAR debería acompañar los denodados esfuerzos de la Casa Rosada por mantener a la gente...

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