Documentos sobre trabajo infantil

• Autor: Lucía M. Aseff
• Páginas: 131-136

DOCUMENTOS SOBRE TRABAJO INFANTIL

CHICOS BOLIVIANOS OBLIGADOS A TRABAJAR

Diario La Capital de Rosario, 7/01/2011

Un operativo del gobierno de Mendoza detectó cinco casos de trabajo infantil

en el departamento San Rafael, 290 kilómetros al sur de la capital provincial,

mientras se investiga un posible sistema de trata de personas con familias

bolivianas. El hallazgo se produjo esta semana en hornos de ladrillo ubicados

en los distritos de Las Malvinas y Villa Atuel y en la localidad de Calle Larga,

en Cañada Seca. En el sur de la provincia funcionan alrededor de 400 hornos y

buscarán establecer si se “suscriben contratos de locación a familias bolivianas

a cambio de que trabaje el grupo familiar completo”, con una paga depreciada.

ARGENTINA. NORTE DE LA PROVINCIA DE SANTA FE

Diario La Capital de Rosario

Las Petacas, Santa Fe, 29 de setiembre de 2006

El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el que-

bracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió

bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la

desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provin-

ciales y regionales durante más de ochenta años.

Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde

los pibes son usados como señales para fumigar.

Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan

como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.

“Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama ‘esquinero’.

Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde

pasó el ‘mosquito’, desde el punto del medio de la máquina y pararse allí”, dice

uno de los pibes de catorce y dieciséis años de edad.

El ‘mosquito’ es una máquina que vuela bajo y ‘riega’ una nube de plaguicida.

Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agro-

pecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de

16 años se paran con una bandera en el sitio a fumigar.

Los rocían con “Randap” y a veces “2-4 D” (herbicidas usados sobre todo para

cultivar soja). También tiran insecticidas y matan yuyos. Tienen un olor fuer-