Documento para el futuro

TORONTO.- "¿Cuál es la primera regla de El club de la pelea? Nadie habla sobre El club de la pelea. ¿Y cuál es la primera regla del documental? Dejar de hacer documentales y empezar a hacer películas. Nosotros no somos documentalistas. Somos cineastas. A Martin Scorsese jamás se le ocurriría llamarse a sí mismo ficcionalista." Nadie se sorprendió por el énfasis, por las frases dichas a borbotones y por la verborrragia de un Michael Moore en estado puro.Tampoco por el hecho de que el realizador de Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11 se haya convertido en la persona que más tiempo tuvo para explayarse entre todos los grandes nombres convocados este año por el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF 2014), para que compartan en público sus experiencias. Para identificar a esas figuras, los organizadores utilizan una palabra clave. Cada uno de ellos es un maverick, término inglés con el que se identifica a los creadores de espíritu más independiente, inconformista, provocador. Hasta disidente o rebelde, en su expresión más amplia. Creadores que siempre tienen algo para decir o hacer por fuera de las convenciones.Moore fue protagonista de una de esas charlas, pero por sobre todo marcó a fuego este TIFF 2014 por sus afirmaciones sobre el documental, que seguramente abrirán un largo debate y estimularán futuras discusiones como ninguna otra palabra escuchada aquí durante los últimos diez días. Con los dichos del comienzo, Moore inició el extenso discurso con que se inauguró por sexta vez el encuentro anual, dentro de TIFF, destinado a mostrar lo mejor del género documental. Y en esa declaración, la regla inicial de El club de la pelea (formulada por Taylor Dudren, el personaje de Brad Pitt en el film de David Fincher) se convierte en el primero de los 13 puntos de un manifiesto. Las reglas expuestas por Moore para hacer documentales de aquí en adelante."Estoy declarando hoy oficialmente muerta la palabra documentalista. No debe ser usada nunca más a partir de hoy. Estamos todavía dentro de un gueto y no necesitamos construir uno más grande. ¡Hagan películas! Si las hacen, estoy seguro que irán a verlas al cine, porque el público ama las películas. Quiere entretenimiento. Quiere ir al cine y hacer el amor después de ver la película", se enciende Moore, que celebró este año en TIFF las bodas de plata de Roger y Me , su primera película.Un cuarto de siglo después, Moore (que cumplió 60 años a fines de abril último) es el mismo hombre corpulento...

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