Divide al oficialismo el control de las protestas sociales

"Fue increíble. Teníamos todo arreglado para que desalojaran y diez minutos antes del plazo convenido llegaron los gendarmes. Nadie sabía nada, menos mal que no hubo víctimas", relató a LA NACION un alto funcionario bonaerense en referencia al violento operativo, el miércoles 24, en la autopista Buenos Aires-La Plata, tomada durante horas por piqueteros de la CTD Aníbal Verón y Barrios de Pie.

La confesión del funcionario dejó en evidencia la grieta que sacude al oficialismo en relación con el siempre esquivo control de la calle. Mientras el Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, sostiene la vigencia del protocolo antipiquetes y propone aplicar sanciones inmediatas a aquellos que corten calles y accesos, otros sectores del gabinete y las administraciones de María Eugenia Vidal (provincia de Buenos Aires) y Horacio Rodríguez Larreta (ciudad de Buenos Aires) se inclinan por soluciones de "consenso" que eviten la confrontación.

La tensión de aquella y otras manifestaciones violentas generaron un debate que aún no se ha saldado del todo en el seno del Gobierno.

Aquella batahola del miércoles en plena autopista, en la que las fuerzas federales utilizaron balas de goma y los manifestantes dañaron vehículos mientras agredían a los automovilistas, dejó algunos detalles sin contar.

Según pudo saber LA NACION, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; su par provincial, Santiago López Medrano, y el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, monitoreaban el precario acuerdo alcanzado con los piqueteros, que incluía un desalojo pacífico de la autopista (bloqueada totalmente) a las 15. El teléfono de la gobernadora Maria Eugenia Vidal permanecía abierto. "Podía haber salido mal si alguien se golpeaba en la carrera, o si alguien se excedía en el procedimiento. No pasó nada, pero se actuó en un lugar sin jurisdicción", afirmaron desde la sede gubernamental de La Plata.

Desde la Casa Rosada apoyaron el accionar de Bullrich y la Gendarmería. "Los grupos que estuvieron en la autopista violaron todas las reglas: no avisaron que iban a cortar, no dejaron un carril libre, tuvieron problemas con los autos que circulaban", afirmaron desde la jefatura de gabinete. Y agregaron: "Hay una fantasía generada que supone que esta situación se puede arreglar de un día para otro. Va a llevar tiempo", agregaron desde el equipo del jefe de gabinete, Marcos Peña.

En territorio bonaerense, la política de Stanley (apoyada por la gobernadora Vidal) se...

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