Discretos, los militantes de Cambiemos fueron a la plaza

Lejos, muy lejos de la convocatoria masiva que caracterizó las aperturas de sesiones en los años de kirchnerismo, ayer en la Plaza de los dos Congresos la militancia que fue a apoyar al presidente Mauricio Macri dejó sabor a poco.

Esta vez, la avenida 9 de Julio no estuvo colmada de micros, no hubo largas columnas de gente ocupando varias cuadras y las banderas partidarias eran escasas. Los que vieron el discurso a través de las dos pantalles gigantes instaladas sobre las escalinatas del Congreso eran en su mayoría vecinos no agrupados a los que se les sumaron pequeños bloques de militantes radicales, del Partido Fe o enviados de las intendencias del conurbano. El Gobierno había convocado a la movilización con el hashtag #1MVamosJuntos. La plaza estaba a medio llenar.

Poco antes de las 11.30, el Presidente llegó al Congreso en una camioneta escoltada por los Granaderos a Caballo. A diferencia de los mensajes de cambio y las banderas argentinas que primaron en la ceremonia de asunción, la plaza lo recibió con pancartas en las que resaltaban los nombres de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y hasta del intendente de Quilmes, Martiniano Molina. Un dato curioso: una de las banderas tenía los nombres de Macri y Vidal acompañados por las imágenes de Juan Domingo y Eva Perón.

Eran pocos, pero ruidosos. El "¡Sí se puede!" cantado superaba la potencia de los parlantes cada vez que Macri remarcaba aspectos de la herencia del gobierno anterior o anunciaba una propuesta. Aunque los cánticos estaban tan sincronizados que parecían ensayados, la compostura de los simpatizantes se perdió cuando el mandatario se comprometió a publicar el estado de cada área. La plaza estalló en aplausos y gritos y comenzaron a sonar con fuerza los bombos y petardos, callados hasta entonces.

Con una bicicleta apoyada sobre sus piernas y una bandera argentina atada al cuello, Marina Lizaso celebraba el discurso del Presidente pegándose repetidamente en el pecho con el puño derecho y alzando su mano. "Siento orden, sosiego y honor por el nuevo gobierno. Sólo me gustaría que Macri fuera más comunicativo con la herencia. Todos sabemos que es mucho peor que lo que dice, pero es la única manera de convencer a los que todavía no lo están", afirmó a LA NACION.

Detrás de ella pasaba un hombre que vendía banderas con la cara de...

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