A Dios rogando y con Francisco dando

Paradojas de la vida, durante la reunión de la Pastoral Social, que termina hoy en Mar del Plata, María Eugenia Vidal y Carolina Stanley, las funcionarias de mejor llegada al Papa, al que vieron hace poco y nada trascendió de lo que hablaron, recibieron en sus caras todo el mal humor de la Iglesia por la coyuntura económica y sus consecuencias preocupantes sobre la sociedad.

Sus dignatarios apelaron a un énfasis desconocido para describir la situación social que en parte también se explica en el contexto de un oficialismo que abrió las compuertas al debate del aborto, algo a lo que no se había animado ningún gobierno anterior.

No estaban solos porque en la semana que pasó, dos incursiones públicas del Papa parecieron también aludir indirectamente a la Argentina: en la primera se refirió al aborto; en la segunda, a la ley de medios.

Como es costumbre vaticana las alusiones no fueron puntuales, con nombre y apellido, sino que devinieron en genéricos que pueden prestarse a distintas interpretaciones.

En el caso del aborto, el Sumo Pontífice derivó el tema hacia las interrupciones eugenésicas que ponen fin a embarazos en los que el bebé presenta algún tipo de malformación o discapacidad, método que habrían usado los nazis y que hoy vuelve, según Francisco, "pero con guantes blancos".

Como el proyecto local de la despenalización del aborto, aprobado por Diputados, dejó de lado expresamente esa posibilidad, que sí incluía el texto original, un defensor local habitual del jefe universal de la Iglesia Católica, como es el dirigente social Juan Grabois, pero que no suele arrogarse funciones de vocero, tuiteó con su habitual prosa airada: "Lamentable tergiversación de los medios de comunicación y algunos incautos sobre los dichos de Francisco. La comparación con nazis y espartanos era en clara referencia a las prácticas eugenésicas para evitar niños con capacidades diferentes".

En efecto, el Papa, ante el Foro de Familias, se había referido al aborto selectivo cuando se lo pretende utilizar para descartar fetos con problemas y lo asimiló a una práctica de los nazis. Una lectura simplificada podría deducir que quien haga un aborto es nazi. Francisco dijo también que "el aborto está de moda", apenas días después del pronunciamiento del Congreso argentino en la materia, aunque no lo aludió de manera puntual.

Para Juan José Sebreli, autor del libro Dios en el laberinto, en el que hace una historia crítica de las religiones, la relación con el nefasto...

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