Una dificultosa temporada, con bellas perlitas

El teatro de los chicos no pudo eludir las dificultades que enfrentó toda la escena teatral en la temporada 2016. El incremento de costos fijos combinado con las restricciones que se imponen al consumo de las familias llevó a muchos a reducir el número funciones y a otros a postergar estrenos.

En las salas comerciales mayores sólo asomó como apuesta importante Peter Pan, todos podemos volar, en versión musical dirigida por Ariel Del Mastro. Lo demás fueron reposiciones -como la excelente versión de Vivitos y coleando con puesta en escena de Manuel González Gil- y las habituales escenificaciones de personajes televisivos. En los teatros oficiales se vio A la luna, con Sol Torrente, una propuesta interesante, pero de breve permanencia (Teatro 25 de Mayo); y Saltimbanquis, el musical dirigido por Pablo Gorlero que exhibió una vitalidad escénica singular en una temporada opaca (Complejo Teatral de Buenos Aires).

La escena independiente, motor histórico del teatro infantil, se vio también afectada por la merma de funciones para escuelas. "La escuela privada tuvo su propia problemática de cobranzas, con lo que evitó en muchos casos aumentar la presión de costos con contrataciones teatrales", explica Héctor Presa, director de La Galera Encantada. Las restricciones afectaron también la realización del Festival Gente Chica, que suele desarrollarse en primavera en salas del Abasto con propuestas innovadoras. Con elegancia, las programadoras lo etiquetaron Edición Gourmet para explicar el formato reducido de este año.

Todo esto no ayuda a salir de una crisis más profunda que aqueja al teatro para chicos desde hace tiempo: la ausencia de dramaturgia. Fuera de la reposición de alguna obra de Perla Szuchmacher, la prolífica pluma del mismo Presa y las obras de María Inés Falconi, no surgen prácticamente nuevas propuestas. Una excepción fue el estreno en el Centro Cultural Ricardo Rojas de El vestido de mamá, una audaz versión de Gustavo Tarrío sobre un cuento del uruguayo Dani Umpi en torno a las exploraciones de la identidad sexual.

Distinta es la situación de la escena titiritera. La fecunda labor realizada por el Grupo de Titiriteros del San Martín desde su creación en 1977, potenciada con el inicio de actividades del Taller de Titiriteros del mismo una década después, ha dado lugar a la proliferación de pequeños elencos independientes que exhiben cuidadas puestas en escena, con una fina conceptualización...

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