Dictadura, democratización y políticas penales: campos carcelarios de Argentina y Chile

AutorPaul Hathazy
Páginas127-151
127
Dictadura, democratización y políticas penales:
campos carcelarios de Argentina y Chile
Paul Hathazy
I. Políticas de encarcelamien to en democracia y campos
carcelarios
En las tres últimas décadas, entre 1990 y 2010, los sistemas penales de
Chile y Argentina han incrementado el número de la población carcelaria
en términos absolutos y relativos. Sin embargo, la evolución en el uso
del castigo de prisión en ambos casos ha sido distinta. Por un lado, en
ambos casos la transición a la democracia produce una disminución en la
población carcelaria, pero por el otro, el regreso a un crecimien to carce-
lario es más rápido en Chile que en Argentina (ver Fig. 1). En el caso de
Argentina, encontramos relativa estabilidad en la tasa de encarcelamien to
entre 1972 hasta 1992, donde tras una reducción importante inmedia-
tamente posterior a la transición de nes de 1983, solo se supera el número
de encarcelados de 1972 en 1996. Aquí la transición democrática redujo
el uso de la cárcel y esta orientación duró casi una década. En Chile, tras
una estabilidad en la primer década de dictadura 1973-1982, el número
de encarcelados comienza a crecer a principios de la década de 1980,
en plena dictadura, luego se reduce el número de encarcelados en la
transición democrática entre 1990 y 1992, y desde 1993 vuelve seguir
ascendiendo acelerándose tras 2005.
Voy a argumentar que estas diferencias en el uso del castigo peniten-
ciario en el período pos-autoritario reejan diferencias en los modos que
las transformaciones políticas producidas por la apertura democrática en
términos de modalidades de la transición, reconstitución del sistema de
actores políticos, programas de gobierno y movilización política de presos
comunes, impactaron en el sistema de poder del campo carcelario, en
particular la autoridad de distintos tipos de expertos, y a través de ellos, las
concepciones sobre la legitimidad del castigo carcelario en democracia, y
las políticas adoptadas en tornos al uso de la prisión.
Para explicar la evolución de las políticas de encarcelamien to en la pos-
transición en Argentina y Chile (1980-2000), ubico su producción en lo
que llamo “los campos carcelarios”, que se denen aquí como el espacio
de posiciones y luchas donde los diferentes agentes con capitales buro-
cráticos, políticos, jurídicos, académicos y periodísticos compiten por la
128
Paul Hathazy
autoridad para determinar prioridades y políticas de castigo (Page, 2007, 34).
El campo carcelario se encuentra en la intersección del sector penal
del campo burocrático (Bourdieu, 1992), el político (Bourdieu, 2001), los
campos jurídicos (Bourdieu, 1987); y linda con los campos académicos,
periodísticos y económicos. Este campo se constituye con la consolidación
de un sistema penitenciario en el ámbito estatal, que se enfoca en el castigo
y la corrección de los internos en lugar de mero secuestro y connamien to.
Este cambio es correlativo a la creación de puestos cuyos ocupantes no
se orientan hacia estándares políticos, militares o judiciales, sino también
hacia nes especícamente correccionales.
Figura 1. Población penal en prisiones de Chile y Argentina
(Sistema Federal y Provincia de Buenos Aires) (1972-2010)
Fuentes: Dirección Nacional de Política Criminal, CELS (2005) y Ministerio de Justicia de Chile
Las posiciones en el campo carcelario se organizan jerárquicamente (eje
vertical) de acuerdo con el control de la autoridad sobre las políticas y
prioridades de castigo. Con la proliferación de conocimien tos penológicos,
el espacio se organiza de manera lateral (eje horizontal) por la oposición
entre un polo más autónomo, donde los agentes se orientan hacia visiones
e intereses penológicos que van desde modelos de disciplina pura a la reha-
bilitación, y un polo heterónomo, donde los agentes como el Gobierno, la
prensa, o los contratistas privados se orientan hacia preocupaciones extra-
penológicas, es decir, el orden de la prisión y la seguridad en general. Las
relaciones de poder existentes en el campo y el orden simbólico median
las demandas de los agentes del sector del campo político y agencias ex-
ternas (es decir, los militares, los mercados, la prensa, el campo político

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR