Qué dice Vía crucis, el escandaloso libro que revolucionó el Vaticano

"La casa no está en orden, y es necesario poner un poco de orden en ella." La frase, que a los argentinos les resulta familiar por su similitud con la del ex presidente Raúl Alfonsín después de la revuelta militar de 1987, fue pronunciada por Jorge Bergoglio a sólo cuatro meses de haber asumido como papa ante un grupo de cardenales a los que encargó revisar las cuentas del Vaticano. Es una de las revelaciones de lo que se conoce como VatiLeaks II, publicadas por Gianluigi Nuzzi en Vía Crucis y Emiliano Fittipaldi en Avaricia. Por esos libros, ambos periodistas están acusados de divulgación de noticias y documentos reservados en una causa iniciada por la justicia del Estado vaticano.

Desde ayer, las librerías en el país tienen a la venta el libro de Nuzzi, que trabaja en el diario Libero y en Rete4 (grupo Mediaset) y es autor de Vaticano SA y Las cartas secretas de Benedicto XVI.

La mayor parte de los documentos en los que se basa Nuzzi fueron robados de las oficinas vaticanas -delito por el que está procesado y preso un sacerdote español, monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda- y "muestran un increíble despilfarro de dinero de parte de quienes gobiernan la Iglesia". Se trata de informes pedidos por Francisco. "Mis colaboradores y yo ya conocíamos bien esos documentos, y fueron tomadas medidas que comenzaron a dar frutos, incluso algunos visibles", dijo el Papa a pocas horas de conocerse la filtración de los documentos. Y advirtió: "Este triste hecho no me desvía en absoluto del trabajo de reforma que estamos llevando adelante".

  1. Cuentas al rojo vivo

    Por cada euro que llegaba al santo padre, apenas 20 céntimos terminaban en proyectos de ayuda a los pobres. De los resúmenes de la situación financiera se evidencia que 2012 cerró con un déficit financiero de 28,9 millones de euros, debido a la diferencia entre las entradas (92,8 millones) y las salidas (121,7 millones). Las salidas están constituidas por 66 millones del déficit presupuestario de la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), 25 millones por el déficit de Radio Vaticana, 25,4 millones por el funcionamiento de las representaciones pontificias y 5,3 millones por el funcionamiento y los gastos directos de la Secretaría de Estado.

    En cuanto a las entradas mencionadas, la Secretaría de Estado nivelaba mensualmente y en forma anticipada el déficit de la APSA y, en un sentido más amplio, el de la curia romana, que, con sus propios recursos, no estaba en condiciones de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR