Los días de Macri en el poder: decisiones arriesgadas y una rutina inalterable

Fue esa maldita costilla la que lo llenó de "dolor y mucho malhumor", sensaciones mezcladas con la tranquilizadora compañía de su esposa, Juliana Awada, y su pequeña hija Antonia, en un sábado distinto (sin paddle ni tenis) en la quinta Los Abrojos. Fajado y dolorido por la caída del viernes por la noche mientras jugaba con su hija menor, pero con ánimo optimista, el presidente Mauricio Macri transcurrió ayer las últimas horas que completaron su primer mes en la Casa Rosada. Un mes que tuvo de todo: comenzó con dos semanas frenéticas que comenzaron con llamados al diálogo político con opositores y gobernadores, el levantamiento del cepo cambiario y la aplicación de decretos para designar nuevos jueces de la Corte Suprema; incluyeron unos días de descanso con visita a los inundados en el Litoral como corte inevitable; y culminaron con otros seis días de agenda interminable, dentro y fuera del país, antes del sábado cuando a los dolores físicos se sumó la innegable tensión en torno a la búsqueda y detención de los tres delincuentes fugados de la cárcel de General Alvear, hace ya dos semanas.

¿Cómo está Mauricio Macri tras un mes en el poder? "Muy bien. Trabajando mucho y organizando el futuro desarrollo del país", contestó el propio presidente a LA NACION.

Para cuatro altos funcionarios de su gestión, un dirigente porteño que lo conoce muy bien y un diputado que en estos días estuvo en Casa de Gobierno son ciertas las versiones de que su ejercicio del poder es firme, pero relajado. "Se relajó cuando ganó el ballottage. Le cansó mucho la campaña, tener una rutina de viajes y no poder tomar decisiones de gestión, que es lo que a él le gusta. Se sacó un peso de encima", cuentan a su lado. En el equipo de comunicación que encabeza el poderoso jefe de Gabinete, Marcos Peña, circula una frase que corrobora de manera irónica esa sensación compartida. "Es mejor presidente que candidato", bromea un funcionario. El Presidente tiene dos obsesiones concretas, aseguran las fuentes: no perder sus costumbres fuera del horario laboral, y no dejar que el cargo lo "envuelva" y lo aleje hasta de sus dirigentes más cercanos. "Seguir siendo Mauricio", lo define uno de los funcionarios con los que comparte el día a día.

El bridge de los martes, en casa de su padre Franco, por ejemplo, no se...

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