Días eternos, depresión y suicidios. ¿Jubilarse a los 40? El sueño de muchos es la angustia de los futbolistas

"Me sentí solo, totalmente incomprendido. Los momentos en los que me sentía importante, cuando luchaba por un puesto y compartía un vestuario, ya no estaban. Fue ahí cuando comencé a sentir un vacío enorme. El teléfono ya no sonaba, y estaba latente esa sensación de sentirme grande cuando en realidad aún era joven. El final es lo más triste porque a todos nos preparan para jugar, pero nadie nos prepara para el retiro". La confesión, melancólica y cruda, es del exfutbolista y actual entrenador del AEK de Grecia, Matías Almeyda (48), haciendo referencia a la primera vez que se retiró.

A los jugadores de fútbol nadie les avisó que el día después del retiro del fútbol nada sería fácil. Hasta que les llega el momento donde ir en contra del tiempo es imposible. Muchos consideran que entre los 30 y 40 años se vive la mejor etapa de la vida, ya que allí se logra encontrar el equilibrio perfecto entre la juventud y la experiencia; pero para un selecto grupo de personas esa es la edad en la que, siendo aún jóvenes, ya son "jubilados".

"Me sentí solo, incomprendido", dice Matías Almeyda sobre el momento de su retiro

Los futbolistas comienzan sus carreras a muy temprana edad, y correr detrás de una pelota es lo que hacen durante gran parte de su vida. Los entrenamientos por las mañanas, las siestas necesarias por las tardes, y los fines de semana de competencia forman parte de la rutina de su trabajo. Sus vidas están rodeadas de éxitos y fama, pero también del olvido. Cuando la pelota deja de rodar, el vacío es enorme y nadie los prepara para el día después , un tema del que no quieren hablar. Ser fuertes mentalmente y tener un proyecto a futuro ayuda a que el retiro sea lo menos cruel posible.

El final es lo más triste porque a todos nos preparan para jugar, pero nadie nos prepara para el retiro

"Estaba perfecto físicamente, podría haber seguido jugando un tiempo más en algún club de primera, pero ya venía procesando mi retiro y tener el proyecto de la panadería francesa me ayudó a tomar la decisión", comenta Renato Civelli (38), exfutbolista y actual empresario gastronómico.

Para empezar una nueva etapa es necesario cerrar otra, y es allí donde los botines se cuelgan y la vida deportiva les saca tarjeta roja. Cuando el árbitro da el pitazo final, las luces se apagan y los aplausos se esfuman. Nadie sale indemne de eso. Por más organizado y bien planeado que esté el retiro, siempre se trata de un acontecimiento traumático, y la posibilidad de hundirse en graves problemas de salud está latente.

Según una investigación de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (Fifpro) el 38% de los jugadores sufre depresión o problemas psicológicos, sobre todo aquellos que atravesaron lesiones graves. Éste mismo ente, en 2020 dio a conocer que como consecuencia de la pandemia de Covid-19 se incrementó el porcentaje de síntomas relacionados con la depresión o la ansiedad ante la falta de competencia deportiva. De los futbolistas retirados, el 28% tienen problemas para dormir. La depresión y la ansiedad afectan al 13%.

"Podría haber seguido jugando un tiempo más , pero ya venía procesando mi retiro y tener el proyecto de la panadería francesa me ayudó a tomar la decisión", comenta Renato Civelli

Matías Almeyda fue uno de los tantos casos conocidos de depresión en el fútbol: "Cuando debutás en primera todos te conocen, te felicitan, pero cuando llega el día del retiro todo eso desaparece. El final es lo más triste, te sentís menos querido, menos lindo, más chiquito. Algunos lo pueden expresar y otros lo canalizan por lugares donde no deben. Cuando abandoné el fútbol por primera vez, entré en una depresión de la cual...

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