Diálogo y relato, dos remedios para atravesar la emergencia

Alberto Fernández camina sobre hielo quebradizo. En la Casa Rosada se respiraba alivio después de dos semanas de vértigo en las que el nuevo presidente superó sin heridas graves el trance amargo de aprobar un ajuste decorado con palabras amables. Bonos en alza y calles tranquilas eran la combinación esperada para el brindis de Fin de Año.Pero entre la calma y el optimismo existe un largo desierto. Las perspectivas económicas para 2020 marcan en el mejor de los casos el fin de la caída, sin mucho margen para soñar con una reactivación. Eso si el plan sale bien. Economistas y empresarios han hecho llegar al Gobierno su preocupación por la posibilidad de que las subas de impuestos en medio de la recesión terminen por agravar la parálisis.La respuesta que ofrece el nuevo oficialismo es un canto al realismo: el Presidente sabrá corregir si los resultados no son los deseados. Un rasgo distintivo que se atribuye la nueva gestión es el pragmatismo. No reniega de un ejercicio cotidiano de prueba y error."Tenemos las alarmas encendidas y una orden de evitar batallas innecesarias", grafica un funcionario cercano a Fernández. Pone como ejemplo la reacción oficial después del impacto negativo en la opinión pública que tuvo la sorpresiva exclusión del congelamiento de haberes jubilatorios de los regímenes especiales de jueces y cargos políticos. En menos de 24 horas se improvisó el anunció de un futuro proyecto para revisar "privilegios" y se empezó a trabajar en un acuerdo -concretado el viernes- para que diputados y senadores nacionales renuncien a aumentarse sus dietas.Fernández cuenta ya con los poderes que quería para gobernar por decreto, pero sabe que no tiene margen para excederse. Al peronismo puede sobrarle plasticidad para vender un impuestazo como un gesto solidario, pero eso no significa que exista una sociedad dócil y adormecida.Lo que puede ofrecer el Gobierno por ahora es una economía cerrada, impuestos altos, un cepo rígido que desalienta el ahorro, pocas perspectivas de una baja rápida de la inflación y escasa generación de empleo privado. La recuperación del poder de compra será selectiva para los sectores más atrasados. El nuevo relato no es de magia, en busca de idolatría, sino de un realismo descarnado que apela a la comprensión.El plan del Presidente requiere una gimnasia constante de diálogo. Es una diferencia sustantiva con la anterior experiencia kirchnerista. El ajuste recae mayoritariamente sobre los productores rurales y la...

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