El día en que las mujeres apuraron a los diputados

Con el voto femenino (que acaba de cumplir 60 años), el sistema político garantizó la participación de la mujer como electora, pero no como elegida.Partidos políticos machistas y listas armadas por hombres daban como resultado que las décadas pasaban y la representación femenina en Diputados no superaba el 6%; en el Senado, incluso, menos.Con este panorama, las mujeres de armas tomar buscaron una salida novedosa: presentaron un proyecto que proponía que las listas partidarias debían estar integradas con un mínimo del 30% de mujeres en los lugares expectantes (con posibilidades de ingresar).Fue el primero de su tipo en el mundo. En Europa, no hacía falta porque el cupo ya lo aplicaba cada partido, y en América latina imitaron el ejemplo argentino tiempo después.A fines de los 80, dos proyectos similares se presentaron en el Senado (con la firma de la radical Margarita Malharro de Torres) y en Diputados (firmado por Florentina Gómez Miranda y Norma Allegrone), pero se aprobó en el Senado, seguramente con la confianza de que los diputados nunca lo convertirían en ley.Dos años después, María Teresa Morini (la primera diputada radical electa en 1973) recorría desesperada los pasillos de Diputados porque vencía la media sanción. Se encontró con Jorge Matzkin (jefe de la bancada del PJ) que la invitó a ir a una reunión del justicialismo para transmitir ella misma su urgencia. Aterrada porque "no había pedido permiso a su partido", enseguida consiguió el favor de las mujeres del peronismo. Pero todavía no tenía el de su propio partido."Son una manga de brutos", les decía Morini en la cara durante ese debate del 7 de noviembre de 1991, segura de que no...

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