Detienen a un asesino serial que salió de la cárcel hace tres meses

Tres meses le duró la libertad a Guillermo Antonio Álvarez, alias "el Concheto", que había sido condenado a prisión perpetua por ser uno de los asesinos seriales más sanguinarios de la historia criminal argentina. A fines de diciembre pasado, dos jueces de la Cámara de Casación Penal ordenaron su liberación porque consideraron que ninguna condena puede superar los 25 años de cárcel. Además, sostuvieron que se había agotado la pena.

Pero el beneficio le duró poco: hace tres días, personal de la comisaría 2a de la Policía Federal lo detuvo en Balcarce y México, en la Capital, acusado del asalto a un joven al que le robó $ 67.000.

Hasta anoche, según fuentes policiales consultadas por LA NACION, Álvarez estaba detenido en el penal de Devoto, la misma cárcel en la que había denunciado que un grupo de penitenciarios le exigió dinero para dejarlo escapar en 2002. Por esta acusación tuvo que ser trasladado a un penal de Gualeguaychú, para resguardar su integridad física.

Desde esa cárcel salió en libertad a fines de diciembre pasado y fijó su domicilio en San José s/n, en aquella ciudad. Pero el miércoles pasado, minutos después de las 9.30, una patrulla de la Policía Federal lo apresó en la esquina de México y Balcarce.

Antes de que llegaran los policías, Álvarez había sido alcanzado por el muchacho, de 22 años y de nacionalidad colombiana, que lo persiguió con un grupo de amigos luego de que supuestamente le robara un morral.

A partir de la reconstrucción del hecho realizada por los investigadores policiales se habría determinado que Álvarez amenazó con un arma al joven, de nacionalidad colombiana, cuando llegaba al edificio de Belgrano 360. Luego, el dueño del morral gritó que le habían robado y comenzó a perseguir al sospechoso, al que logró reducir con la ayuda de un grupo de conocidos.

Al advertir el alboroto y en medio del operativo de seguridad por la presencia del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en la Casa Rosada, llegó al lugar la patrulla de la comisaría 2a de la Policía Federal, que detuvo al sospechoso.

Según fuentes policiales, al revisar al presunto ladrón, los uniformados hallaron en su poder dos morrales. Uno gris, con el dinero, y otro negro, con un revólver calibre 32 y varias municiones. Cuando el imputado fue llevado a la comisaría se lo identificó y quedó a disposición del juez de Instrucción Luis Zelaya.

Entre 1998 y 1999, tres tribunales consideraron que Álvarez fue un asesino. En 1998, lo condenaron a 25 de...

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