Después de Massa ya no habrá nada más

Mira el viernes frío y diáfano desde la ventana de su despacho en la Casa de Gobierno. Luego, asesta una conclusión fulminante sobre la decisión del Presidente de encaramar a Sergio Massa como superministro de Economía: "El mandato de Alberto Fernández ha terminado", dice ese viejo amigo presidencial. ¿Por qué? "Massa se llevará la gloria y los votos si tuviera éxito, o se llevará puesto al Gobierno si no lo tuviera", contesta. ¿Y Massa?, se le pregunta. La respuesta es rápida y también tajante: "Apostó el último dólar que tenía a todo o nada". Esto es: o hacía algo para salir de la ratonera de impopularidad y finitud que lo cercaba o se resignaba a un destino de insignificancia y naderías políticas. ¿Y Cristina? Respuesta: "Ejerce el poder que tiene y hasta el que no tiene. Baila un tango en una baldosa", reconoce ese funcionario que nunca militó cerca de ella. Más bien le hubiera gustado que la vicepresidenta se jubilara de la política o que Alberto Fernández la jubilara cuando se convirtió en presidente. Estamos, entonces, ante una coalición de desesperados, más que ante una coalición gobernante .

En efecto, el Presidente, la vicepresidenta y Massa forman parte del cuarteto (el otro es Máximo Kirchner ) de dirigentes oficialistas con más altos índices de imagen negativa y más bajos de imagen positiva, según la conclusión unánime de las encuestas. La imagen negativa de ellos ronda o supera el 60%, y la positiva está por debajo (o muy por debajo) del 30%. La estrategia de Massa consiste en dar un golpe de timón, ahora o nunca; la del Presidente, en conservar los símbolos aparentes del poder perdido hasta el final de su mandato, y la de Cristina, en mejorar la perspectiva electoral de una coalición perdidosa. No para ganar en 2023, tal vez, sino para huir de la bancarrota electoral. Las estrategias se pueden explicar; es, simplemente, un grupo de desahuciados que pelea por un poco más de vida . Mucho más difícil es descifrar cómo será ese gobierno inminente de gente con ideas tan diferentes en cuestiones fundamentales.

A Massa lo obsesiona reunir entre 7.000 y 8.000 millones de dólares de reservas en el Banco Central; aprendió de Néstor Kirchner que sin caja no hay poder político. ¿Cómo los conseguirá? "Es capaz de bajar a cero las retenciones al campo por seis meses o hacer algo parecido para que el valor del dólar que perciben los productores rurales se acerque a los 300 pesos", asegura un político que lo conoce bien. Los ruralistas...

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