Una despedida llena de autoelogios y falsedades

Una vez más, el mensaje de la presidenta de la Nación con motivo de la apertura de un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso se transformó en un , plagado de omisiones y falsedades y no exento de un tono amenazante hacia el Poder Judicial. Por si le faltaba un condimento a un discurso impropio para la ocasión, la titular del Poder Ejecutivo ni siquiera reparó en que, según lo dispuesto por la Constitución Nacional, debía anunciar formalmente que dejaba inauguradas las sesiones y no lo hizo.

Como de costumbre, Cristina Fernández de Kirchner Esta vez, a lo largo de tres horas y cuarenta minutos. Sin embargo, durante tan extensa alocución, la jefa del Estado ni siquiera se ocupó de tres de las cuestiones que más preocupan a la sociedad argentina: la inseguridad, el narcotráfico y la inflación.

Se trata de un dato que, desde luego, no constituye una novedad. El término "inseguridad" tampoco fue mencionado por la Presidenta en sus mensajes ante la Asamblea Legislativa de los años 2009, 2010, 2012, 2013 y 2014. Sólo fue citado cuatro veces en su discurso de 2008 y dos en el de 2011. La palabra "inflación" apenas fue mencionada dos veces en el mensaje presidencial de anteayer, sin un análisis serio de este grave problema que acosa a los argentinos, especialmente a los más pobres, y una vez en 2012. Entretanto, el término "corrupción" no estuvo en la boca de la Presidenta ni una sola vez en los ocho mensajes con los cuales abrió los sucesivos períodos legislativos.

El último mensaje presidencial se caracterizó por la autorreferencialidad y la ausencia de autocrítica. Fue un típico discurso anclado en el pasado, que rara vez dio cuenta de nuestro presente y casi nunca del futuro. La excepción estuvo dada por su admisión de que no dejará un país cómodo para los dirigentes, una confirmación elíptica de que quien la suceda en la Casa Rosada recibirá varias bombas de tiempo.

La reiterada estrategia discursiva presidencial de comparar las distintas variables socioeconómicas de la actualidad con 2003, cuando la Argentina comenzaba a salir de una de las peores crisis de su historia, sirvió para intentar ocultar el agotamiento del modelo productivo durante la gestión de Cristina Kirchner. Particularmente, en el período iniciado por la Presidenta en diciembre de 2011, signado por un retroceso de la inversión productiva y de la creación de puestos de trabajo en el sector privado, fenómenos potenciados por el excesivo intervencionismo estatal, las...

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