Desmesura y toma de colegios

Casi al borde de la iniciación de las vacaciones de invierno, el Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini decidió la toma y ocupación de ese colegio universitario, en reclamo de la instalación de un bar en la institución, gestionado y financiado por el presupuesto de la UBA. Ayer, los ocupantes levantaron la toma, pero sólo por la llegada de las vacaciones de invierno.En cuestión de horas, el problema sumó a los estudiantes del Nacional Buenos Aires, quienes se plegaron a la medida de los alumnos del Pellegrini por razones de solidaridad. Escuelas de otras jurisdicciones adoptaron conductas semejantes de paro y ocupación, aunque por razones diversas.Lo ocurrido ya no sorprende. Pertenece a una perversa gimnasia que se viene practicando en muchos sectores de la vida nacional. Asombra, en cambio, la nimia causa invocada para obrar de manera desmesurada, pretexto ajeno a toda cuestión educativa o institucional, aunque luego se haya adicionado la demanda de una fotocopiadora como eventual refuerzo.Si el punto de partida del reclamo carece de significación consistente, ese vacío de sentido lleva a contemplar con desaliento las conductas estudiantiles en este episodio, que se suman a otras ocurridas en ciclos lectivos pasados. En suma, puede observarse que la calidad de los reclamos juveniles en las acciones cumplidas está lejos de expresar razones educativas compatibles con la tradición de una escuela de alto prestigio y de estudiantes que disfrutan de oportunidades educativas como muy pocos en el país.En la formación que da la escuela, los alumnos tienen que ganar en conciencia de que no sólo deben esperar que se les dé, sino también...

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