El desmadre político asusta más que el económico

Los peronistas que aspiran a conservar poder y puestos cuando Cristina Kirchner no tenga más remedio que mirar desde el llano están preocupados y cada vez lo ocultan menos. Empresarios, banqueros que hablan con los que se sueñan sucesores, como Scioli, Massa y Randazzo; operadores como Juan Carlos "el Chueco" Mazzón, y gobernadores como Francisco "Paco" Pérez, de Mendoza, y el sanjuanino José Luis Gioja, entre otros, dicen que están muy .No comprenden algunas temeridades, y creen que detrás de muchas decisiones poco entendibles puede haber un impulso hacia el colapso, para luego victimizarse y decir que hubo "golpe de mercado". Pero hay quienes dudan de que pueda haber semejantes torpezas políticas y ven muy dañinos malentendidos como en el infantil juego del "teléfono descompuesto" entre una tropa que quiere trascender a su jefa en algún espacio de poder.Ponen como ejemplo una anécdota dramática. Nadie parece saber con certeza si el 30 de julio pasado dinamitó el acuerdo entonces en ciernes para salir del entuerto con los holdouts por chapucería política o por instrucciones de la Presidenta. Tal es el nivel de desconexión de los conducidos con su líder.El jefe del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, dicen, había sellado el acuerdo con los bancos privados que habían puesto la cara para evitar que se dispare la cláusula RUFO. Hasta el macrista Rogelio Frigerio, presidente del Banco Ciudad, estaba involucrado. ¿Qué más pedir para darle certezas al juez Griesa de que había buena voluntad? Los US$ 200 millones de las reservas que, dicen, Fábrega giró ese día para que los banqueros locales ofrecieran un depósito en garantía, una caución.Dicen que Fábrega vio con horror por TV la incendiaria conferencia de prensa del ministro en el consulado argentino en Nueva York. Lo llamó por teléfono satelital, porque los dos se saben espiados, no por los buitres sino por más habituales espías domésticos empleados del Estado."¿Por qué lo hiciste?", dicen que preguntó el presidente del Central. "No quería quedar pegado a esto, es una cuestión política; igual, ya está todo firmado, ¿no?", dicen que habría contestado el novato ministro. "¿Firmado qué? Acabo de girar US$ 200 millones, para que terminen de dar las garantías, no hay nada firmado...

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