Del desierto al diluvio, todo pasa en el Dakar

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.? Parece que no por nada recibió el nombre de "El Infiernillo" esa pequeña localidad caStamarqueña. Parece que quiso dejar su marca ?a fuego, por supuesto?, en este quinto Dakar sudamericano. Paradójicamente, lo hizo con agua: una intensa y repentina precipitación provocó la crecida en el lecho habitualmente seco del río que baja del Cerro Colorado, a 82 kilómetros del punto de partida del día, resultó una trampa para casi todos los autos. Apenas cinco coches arribaron a la línea de meta en la octava etapa, Salta-Tucumán, y la organización debió recurrir a un artículo del reglamento, el 38P2, para asignar los tiempos a todos los que habían quedado a merced de ese capricho de la naturaleza.Con un comunicado, los directores de la competencia informaron que a quienes no habían alcanzado la meta cerca de la capital tucumana antes de la hora de la interrupción de la prueba, las 16.24, les aplicaban el registro del último de los que sí lo habían hecho. Y ese hombre era Stéphane Peterhansel, que había quedado cuarto, con 2h7m21s.La mala nueva fue lo opuesto para el mendocino Orlando Terranova, que hasta el momento se encontraba segundo en la etapa, y así quedó, claro. También otro protagonista que anduvo entre percances en este Dakar ?y hasta literalmente a los tumbos?, el estadounidense Robby Gordon, resultó beneficiado por la anomalía y finalizó tercero. El quinto y último que tocó suelo de esta ciudad fue Nani Roma, pero con una particularidad: su tiempo fue de 2h10m49s, superior al que la organización asignó a casi todo el resto, pero el español arribó luego de las 16.24, el instante de la interrupción de la especial.Nasser Al-Attiyah, que anteayer escoltaba a Peterhansel, el puntero de la carrera, a...