Deserción escolar: toda suya, Presidente

Las escuelas cerradas durante la pandemia provocaron un dramático crecimiento de la deserción

"La pandemia dejó al descubierto que muchos chicos dejaron de ver futuro en sus vidas" dijo el presidente Alberto Fernández la semana pasada al referirse a los impactantes indicadores sobre deserción escolar, y agregó: "Vamos a ir a buscarlos tendiéndoles la mano, pidiéndoles que piensen en su futuro; necesitamos que vuelvan al colegio".

Es muy auspicioso que el Presidente reconozca el grave problema de la desvinculación escolar estimada en más de un millón de alumnos sucedida durante la pandemia, pero exaspera que no se tome un tiempo para reconocer que esta situación fue generada por sus decisiones equivocadas y caprichosas que se mantuvieron aun cuando la evidencia científica y otros ejemplos foráneos demostraban lo contrario. En este punto, no hay lugar para socializar la culpa.

Es que, desde el principio, el lugar que el gobierno de Alberto Fernández le dio a la educación no fue prioritario. El propio Presidente decía en marzo de 2020: "Las clases pueden esperar. Si algo que no me urge es el inicio de clases. Después vemos cómo compensamos esos días. Eso puede esperar. Nadie sufrió por recibirse un año antes o un año después. Tampoco van a sufrir por terminar un mes antes o un mes después el colegio", afirmaba. Fue uno de los pocos anuncios que cumplió Alberto Fernández en lo que va de su mandato: las clases fueron lo último en volver.

En ese momento, Fernández contó con el acompañamiento de una sociedad que se enfrentaba a lo desconocido. Era el arranque de la pandemia, pero su gran error fue mantenerse en la comodidad de la obstinación ante un tema que demandaba reflejos más finos de parte de quien debe conducir el timón en medio de una tormenta. Otros países, incluso de la región, lo hicieron y hoy no tienen que enfrentar tamaña demanda social de devolver a esos cientos de miles de alumnos al sistema educativo.

Pero el empecinamiento del gobierno para obstruir el retorno de las clases contó con distintos argumentos sanitarios que, por ejemplo, no se aplicaron a otros trabajadores esenciales y tuvo el apoyo de gran parte de la dirigencia gremial docente y de la prédica despiadada de un sector de la militancia oficialista que "militó" el cierre de las escuelas sin permitirse dudar o debatir alternativas o protocolos sanitarios aplicables a docentes y alumnos que ya funcionaban en otras partes del mundo . Hasta criticaron al Jefe de Gobierno...

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