En el descalabro, el hilo se corta por lo más delgado

Cuando el hilo se corta por lo más delgado las cosas no están bien. Es lo que está sucediendo con la lechería a raíz de la decisión de algunas industrias de reducir en un tres por ciento promedio el precio que les pagan a los tamberos. En un contexto de inflación creciente, una baja de precio no es una buena noticia para quien tiene que mantener a flote su campo.

Las industrias explican que llegaron a esa decisión porque su continuidad está en riesgo. Dicen que la brusca retracción del mercado internacional (de 5000 a 2500 dólares el precio de la leche en polvo), la crisis económica rusa y el estancamiento de la demanda en Brasil y China les provocaron un freno. Además, afirman que entre 2012 y 2014 incrementaron los precios en un ciento por ciento.

A su vez, los tamberos argumentan que una baja es insostenible para seguir en carrera, que ya estaban recibiendo un precio inferior al que necesitarían para mantenerse (creen que el valor debería situarse en $3,70/$4 contra los $3,20 que les pagan), y que cada vez tienen una menor participación en el precio del litro de leche en góndola (18% contra el 30% promedio que se paga en los países de la región). "La plata está en la cadena", dicen los dirigentes tamberos.

Otros observadores señalan que la caída del mercado internacional no es argumento de peso suficiente como para impulsar una baja en los valores de la materia prima ya que, por las restricciones del Gobierno para exportar, el mercado externo ya estaba desacoplado del interno hace tiempo. Al mismo tiempo, señalan que pocas veces como en la actualidad la relación maíz/leche ha sido tan favorable (3,2 kg./l) por la caída del precio del cereal.

Pese a las diferencias, tamberos e industriales tienen en común el padecimiento de convivir con una inflación de niveles astronómicos. Y también están afectados por una política económica que no cree ni en el mercado ni en libre comercio. En los momentos de auge del precio de la leche en polvo en el exterior, el Gobierno subió las retenciones y manejó las autorizaciones de exportación mediante los ROE blancos. Así, no hay estrategia de mediano y largo plazo que permita atraer inversiones, mejorar la calidad y agregar valor. Y no es que la propia cadena desconozca como hacerlo. Ya está escrito desde años en el Plan Estratégico de la Lechería 2020 que preveía una producción anual de poco...

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