Entre desafíos y urgencias, Teo vive su propia aventura

Reagruparse, rearmar la estrategia y realzar las individualidades es una tarea contra reloj para Marcelo Gallardo. El Muñeco cerró las prácticas y ahí, en la intimidad, puertas adentro, busca reactivar a River, con miras al partido con Boca, por la Copa Libertadores, el segundo episodio de la trilogía superclásica, que se jugará, mañana, en el Monumental. Así como los triunfos disimulan las debilidades, la derrota hace más profunda la herida. Y el 0-2 en la Bombonera, el domingo pasado, por el campeonato, reavivó polémicas, provocó que nombres que eran indiscutidos pasaran a ser observados de reojo. Sin goles y con escaso juego ofensivo, la lupa volvió a detenerse en Teo Gutiérrez; el colombiano se debe una actuación de jerarquía frente al rival de siempre, es una cuenta pendiente que el hincha le reclama y que el delantero pretende empezar a saldar en el mata-mata internacional.

El director técnico no tiene dudas: respalda a Teo, que en la Bombonera participó en la jugada de mayor peligro que generó River frente a Orion, cuando luego de un pase suyo el uruguayo Sánchez estrelló la pelota en el travesaño. "El que dice que Teo juega con desidia nunca lo vio jugar. Siempre jugó así, algunos que opinan lo habrán coreado en su momento", fue el espaldarazo de Gallardo, un entrenador que no entra en detalle de nombres públicamente. Gutiérrez disputó 11 partidos oficiales -seis por el torneo y cinco por la Copa Libertadores-, convirtió seis tantos y es, junto con Mora, la fórmula de ataque preferida del modelo 2015 del Muñeco, a quien no le sobra recursos.

Sin Teo, el reemplazante natural es Cavenaghi, aunque el goleador histórico se enseñó desenfocado el domingo cuando reemplazó al colombiano. El anticipo de Cata Díaz que generó el primer gol de Boca reflejó que no está en su esplendor: sin reacción fue absorbido con facilidad por el rival. Y el oportunismo goleador -es el artillero del equipo en el campeonato, con seis festejos-, no tiene correlato en la Libertadores, donde la participación fue escasísima: 8 minutos frente a San José, en Oruro, y ante Juan Aurich, en Chiclayo, y 24 minutos en el último encuentro del Grupo 6, con San José, en Núñez, que determinó la clasificación.

Un superclásico es un escenario ideal para los futbolistas populares, nombres con arraigo en la gente. Teo y el hincha desandan, desde el comienzo, una relación de amor y odio. El colombiano, de lengua filosa, fue reconocido antes de debutar, aunque los partidos con...

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