Los desafíos y obstáculos que enfrenta Lula para su tercer gobierno después del asalto en Brasilia: 'Derroté a Bolsonaro, no al bolsonarismo'

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hace un gesto durante una reunión con los gobernadores en el Palacio Planalto en Brasilia

RIO DE JANEIRO- En todas las reuniones bilaterales que tuvo posteriores a su asunción por tercera vez como presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva dijo a otros jefes de Estado y representantes de gobiernos extranjeros la misma frase: "derroté a Bolsonaro, no al bolsonarismo ", confirmó a LA NACION una fuente que participó de los encuentros.

A los 77 años, el experimentado presidente brasileño tiene muy claro el enorme desafío que tiene por delante y los gigantescos obstáculos que tendrá que superar para cumplir sus promesas de campaña y un ambicioso plan de gobierno , que incluye terminar con el hambre sin generar desequilibrios fiscales; reinsertar a Brasil en el mundo y ser líder en la región; transformar el país en una referencia en materia de preservación del medio ambiente y, entre otros, recuperar una economía que, según previsiones privadas, este año no llegará al 1% de crecimiento.

¿Cómo hará el presidente brasileño para hacer un tercer gobierno que atienda las demandas de sus electores y aliados, teniendo dentro del país un enemigo capaz de hacer las cosas que el bolsonarismo ya se demostró dispuesto a hacer ? Es lo que muchos se preguntan en Brasil.

Como explica Benjamin Teitelbaum, profesor de la Universidad del Colorado y autor del libro Guerra por la eternidad: el retorno del tradicionalismo y la ascensión de la derecha populista, en entrevista al diario O Globo, las minorías deben ser consideradas en cualquier régimen democrático. Por más que representen el 20% del electorado, dice Teitelbaum, "no se puede tener una democracia funcional si esos 20% rechazan el sistema. Para que un Estado democrático sea legítimo hasta los opositores del gobierno deben aceptar su legitimidad . Deben aceptar que son parte de una comunidad, en la cual se gana y se pierde. Si 20% rechazan el sistema, no pueden ser ignorados, por eso el bolsonarismo importa para la legitimidad de la democracia brasileña".

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inspecciona los daños en el Palacio de Planalto después de que fue asaltado por partidarios del expresidente de Brasil

El gran problema de Lula es que el bolsonarismo penetró en sectores sin los cuales será muy difícil tener gobernabilidad. Las Fuerzas Armadas son uno de ellos, tal vez el más importante. El presidente lo sabe y ya dijo públicamente...

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