Los desafíos citrícolas

No sólo son importantes los desafíos que afronta la producción nacional de granos y carnes. Ocurre lo mismo con los relacionados con economías rurales regionales, de creciente significación económica, social y a menudo también política. La citricultura es una de ellas, y abarca la producción de naranjas, limones y pomelos con sus respectivas industrializaciones.El norte argentino, incluyendo a Tucumán, Salta, Jujuy y en menor escala Catamarca, es uno de los polos citrícolas regionales, complementado por otro que suma a Entre Ríos, Corrientes, Misiones y el partido de San Pedro en el extremo norte de Buenos Aires. En importancia económica, la producción citrícola de las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy representa el rubro mayor del PBI de esas provincias. En cifras métricas, la producción del sector cubre 135.000 hectáreas que producen 2,6 millones de toneladas medidos en productos frescos, con 442 plantas de empaque, 112 de ellas aprobadas para exportación. Este proceso de exportación en forma de fruta entera se complementa con procesos industriales que dan lugar a jugos cítricos, esencias y pectinas, provenientes éstas de la manufactura de las cáscaras. Por exportaciones de fruta entera en 2011 ingresaron 330 millones de dólares, superadas por las de naturaleza industrial, que proveyeron 413 millones. La Argentina es el mayor productor y exportador mundial de limones.La sanidad presenta interrogantes importantes, que llevaron a la creación de la Asociación Fito-sanitaria del NOA (Afinoa), destinada a establecer barreras sanitarias que aíslen esa región de los peligros de introducción de plagas, como ha sido el caso de la cancrosis, una enfermedad vigente en la citricultura mesopotámica. El tema...

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