El desafío es salir de la diplomacia del perdón

Es el turno de los eufemismos, las palmadas en la espalda, los reencuentros con frases grandilocuentes y la diplomacia del perdón en esta etapa de la Argentina. Luego de esos gestos quizá lleguen -así espera el Gobierno- los hechos concretos traducidos en créditos e inversiones. Esto quedó graficado ayer en la reunión que mantuvo el primer ministro italiano Matteo Renzi con Mauricio Macri.

En su paso por Buenos Aires Renzi pidió disculpas porque un primer ministro italiano no venía aquí desde hace 18 años. "Una locura desde lo institucional", dijo con gestos ampulosos. Macri retrucó: "Queremos que la Argentina vuelva a abrir sus puertas para que otros italianos vengan a ayudarnos a crecer".

El contraste entre el aislamiento kirchnerista y la política de apertura al mundo que plantea Macri es abismal. No son pocos los diplomáticos extranjeros que en reserva lamentan tanto tiempo perdido y tanto encierro de la Argentina en los últimos 12 años. Ahora hay una vuelta de página y buen clima, como ayer lo expusieron abiertamente Renzi y Macri, para "tender puentes" entre la Argentina y el mundo. El gobierno macrista necesita cuanto antes de las inversiones y el crédito externo para mejorar la alicaída economía argentina.

¿Se complementarán con la misma urgencia los tiempos de la diplomacia con los del empresariado? Renzi destacó ayer que "hay mucha expectativa en el mundo" por el gobierno de Macri. ¿Será suficiente la expresión de buenas intenciones?

En hechos concretos la visita de Renzi no dejó demasiado: el anuncio de la continuidad de las obras del grupo Ghella para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, el anuncio para junio de la visita de una misión de 300 empresarios italianos y la promesa de Renzi de activar las negociaciones por el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Esta última promesa no parece ser un tema menor si se tiene en cuenta que España -interlocutor histórico...