Las derivaciones del escándalo en Petrobras

Las investigaciones judiciales que tienen que ver con la escandalosa y gigantesca ola de corrupción que afecta a las operaciones de la petrolera estatal brasileña Petrobras siguen su curso de modo diligente sin que hasta el momento las presiones políticas obliguen a cambiar su curso o a modificar sus tiempos. La gravedad de sus consecuencias es tal que han quedado detenidos los presidentes de Odebrecht y Andrade Gutierrez, dos de las más grandes empresas de construcción de América latina, por presunto fraude en licitaciones y cartelización.

Estamos probablemente ante el más riguroso ataque contra la corrupción en la historia de América latina, por el peso de los empresarios y dirigentes políticos involucrados. Algo que no debería pasar inadvertido para las sociedades de no pocos países de la región, que han venido soportando con total mansedumbre los delitos de sus gobernantes y empresarios.

Entre esos países figura, obviamente, la Argentina, donde nada de lo que se ha venido destapando durante las últimas semanas en Brasil puede resultarnos poco familiar. Hay más que fundadas sospechas de que buena parte de las concesiones de obras públicas en nuestro país han estado viciadas por cartelizaciones, sobreprecios y retornos. Tanto el escándalo de Skanska como los beneficios obtenidos del Estado por las empresas de amigos del poder, como Lázaro Báez, son apenas un indicio de la dimensión de un problema que, lamentablemente, tiene demasiadas similitudes con la situación brasileña.

El piso tiembla para los dirigentes del ahora desteñido Partido de los Trabajadores (PT), de Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff. El escándalo involucraría unos 2000 millones de dólares, que unas 25 empresas, en su mayoría constructoras, habrían pagado a directivos de Petrobras para asegurarse contratos en procesos de licitación. Parte de ese dinero terminaba en manos de partidos de la coalición gubernamental para financiar campañas electorales de sus dirigentes.

Por el caso también se investiga a medio centenar de políticos, que en su mayoría integran la coalición que respalda al gobierno de Rousseff y entre quienes figuran los presidentes de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y del Senado, Renán Calheiros, ambos pertenecientes al PMDB, principal aliado del PT. El ex tesorero del PT João Vaccari Neto está detenido por el escándalo, acusado de haber sido el principal nexo entre la red dentro de Petrobras y los partidos políticos oficialistas.

Como...

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