El derecho a la educación superior y la creación de nuevas universidades

Pocos días atrás, el ministro de Educación, Jaime Perczyk, anunció en una entrevista la creación de cinco nuevas universidades con el argumento de que la educación superior es un derecho. El ministro enfatizó la gratuidad, la libertad de cátedra y los estándares académicos, incluyendo la educación internacional, como rasgos salientes de nuestras universidades. La apertura de cinco universidades es una buena noticia. Pero examinemos más de cerca el problema.

En primer lugar, como todos sabemos, la educación no es gratis: alguien paga el costo de las universidades. El Estado tiene un presupuesto que no ha variado. Con la apertura de nuevas universidades, los mismos recursos deben repartirse entre más jurisdicciones, en detrimento de la calidad de infraestructura de todo el sistema universitario. Para comprobarlo basta examinar las bibliotecas, laboratorios o el equipamiento informático de las universidades, sobre todo de las grandes. Esto sin hablar de los salarios.

En cuando a libertad de cátedra y estándares académicos, son necesarias algunas precisiones. Hace ya bastante que los concursos públicos son una rareza en las universidades nacionales. En mi infancia los domingos se publicaban en los diarios anuncios de concursos para cargos docentes, algo que cesó sin que a nadie le sorprenda. Al crearse nuevas universidades, el Ministerio de Educación designa un rector que a su vez convoca a los profesores para que la universidad comience a funcionar. Esos docentes, cuando la universidad se normaliza y hay elecciones, suelen votar al rector organizador que los convocó. Luego esos mismos profesores validarán sus cargos en concursos que, cuando se sustancian y son públicos (suelen no serlo), resulta casi imposible ganar a un candidato externo debido a "la antigüedad en el cargo". La libertad de cátedra y los estándares son erosionados por el clientelismo de quienes ocupan puestos en la educación superior no por méritos académicos sino por afinidad política, amistad o parentesco.

Uno de los problemas más graves del sistema universitario argentino y que el ministro no menciona, es el exceso de cargos con dedicación simple, que no amparan la investigación. Argentina tiene uno de los salarios docentes universitarios más bajos del mundo (unos 3000 mil dólares anuales para un profesor titular). Pero lo más serio es la ausencia...

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