Departamentos a estrenar: las fallas inesperadas que alteran la mudanza

En enero pasado Marta tomó posesión de un departamento de 100 m2 que había comprado en un edificio recién terminado en Belgrano R. "Lo recibí con muchos problemas estructurales. Tengo una terraza propia, pero no la impermeabilizaron: el departamento se llenó de humedades que se extendieron a las paredes", se quejó. Así, agregó, no puede vender ni alquilar su propiedad.

"En el living hay un piso de madera de lapacho -detalló-. Por una filtración en el ventanal entraba agua y, cuando prendieron la calefacción, el piso empezó a levantarse." Además, denunció que el ascensor se descompone seguido.

Casos como el de Marta, lejos de ser excepcionales, se registran con frecuencia en desarrollos inmobiliarios de pequeña y mediana escala ejecutados por empresas con poca trayectoria y experiencia, según coinciden muchos especialistas consultados por LA NACION.

Los síntomas de este fenómeno son manifiestos: grietas, humedades, filtraciones, fallas en las instalaciones -sanitarias, eléctricas y de gas-, daños en revoques, pintura y pisos, entre otros.

Las causas, menos observables, son varias: reducción de costos en detrimento de la calidad, falta de experiencia de algunas empresas desarrolladoras y constructoras, ausencia de innovación tecnológica y nuevos hábitos culturales de la clase media, entre otras.

La inobservancia de diversos estándares constructivos es una tendencia creciente, según el especialista en patología edilicia Marcelo Almuina, que actuó como perito en la causa AMIA. Por ejemplo, señaló, "inadecuadas fundaciones, incumplimiento de los planos registrados, fallas en la instalación de los servicios por sustitución de materiales, daños en revestimientos superficiales, revoques, pinturas y pisos por fallas previas en estructuras, cañerías y aislaciones exteriores".

Roberto Converti, decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UADE, explicó que algunos desarrolladores saben que a mucha gente le cuesta cada vez más reunir la suma necesaria para comprar una propiedad y, entonces, en función al cálculo de cuánto pueden recaudar proyectan la calidad constructiva. "A veces se construye con la calidad mínima que puede pagar el comprador", lamentó. La falta de crédito y la inflación agravan la situación.

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