Denuncias en medios oficiales

Resulta más que paradójico que un gobierno que dice abogar por la "democratización de la palabra" haga oídos sordos a conflictos denunciados por el propio personal de medios de comunicación oficiales. No sólo desde la TV Pública hubo denuncias sobre censura y parcialidad en el uso político-partidario del servicio de noticias; también en Radio Nacional, en medio de problemas laborales que todavía hoy continúan, se declaró personas no gratas a varios "periodistas militantes", y la comisión gremial interna de Télam advirtió hace días que desde el directorio de la empresa se estaba imputando a todo el cuerpo de delegados "por constituir una asociación ilícita".

La relación del kirchnerismo nunca ha sido fácil con el periodismo y con los periodistas. En primer lugar, porque no ha querido entender nunca cuál es su trabajo. También, porque ha planteado una única forma de relacionarse con el periodismo, es decir, con el que es "periodismo militante" -esa extraña y desafortunada definición-, el que le es sumiso y adicto, el que no investiga ni pone en tela de juicio ninguno de los actos de gobierno ni de los de los amigos del oficialismo.

Sin embargo, ahora que se acerca el final del mandato de Cristina Fernández de Kirchner, la verdad o distintos aspectos de la verdad están surgiendo de una manera incontenible. Las denuncias de censura y parcialidad que hicieron los trabajadores de prensa de la TV Pública -declarados en asamblea permanente "para repudiar, denunciar y poner en conocimiento de la opinión pública el uso político partidario del servicio de noticias"- están dirigidas a demostrar cómo sus actuales autoridades -el gerente de Noticias, Carlos Figueroa y el subgerente Víctor Taricco- usan la pantalla estatal para apoyar a los candidatos del...