Dejó Argentina, sintió que había llegado a Júpiter y halló un país con valores diferenciales: 'Me volvieron a enseñar las bases de la vida'

De Argentina a Mongolia.

Cuando Carolina Aldao pisó Mongolia por primera vez, creyó que había aterrizado en Júpiter. Atrás había quedado su hogar en España y más lejano aún su universo conocido en Argentina. Tal como le había sucedido en Buenos Aires, en agosto de 2017, le tocó meter su vida en cajas y, una vez más, se sorprendió por la cantidad de cosas que uno puede acumular en la vida, la mayoría innecesarias. Innecesarias especialmente en Mongolia, un país situado entre Rusia y China, a 18 mil kilómetros de Argentina. Innecesarias en una tierra muy golpeada por la pandemia y condicionada por la guerra entre Ucrania y Rusia, factores que alejaron al turismo y prácticamente los aisló del mundo.

Pero ante todo innecesarias en un país donde Carolina redescubrió las bases de la vida: el cariño y el interés hacia el prójimo, la importancia de una sonrisa, de la paciencia, en definitiva, del amor hacia el otro. Nada que el dinero pueda comprar, ni que se acumule en cajas, aunque sí en el corazón.

Carolina, en la montaña sagrada Bogd Khan.

Animarse a cumplir un sueño: "A mis 32 años me consideraba un poco `vieja´"

Vivir en Europa era un deseo que Carolina había postergado por años. En Argentina se recibió de licenciada en turismo a una temprana edad y se dedicó a trabajar, hasta que llegaron sus 32 y una necesidad irrefrenable de animarse a volar hacia el viejo continente.

Se postuló a varios másteres dictados en inglés en el área de turismo en toda Europa, poniendo el foco en Escandinavia. Finalmente, tras ser admitida en el programa Erasmus Mundus, Carolina dejó el país el 11 de agosto de 2017.

"Se trata de un programa itinerante donde cada semestre se cursa en un país diferente de Europa. Esto incluyó mi paso por Dinamarca, Eslovenia y España", cuenta Carolina. "Vengo de una familia donde mi mamá es alemana y mi papá argentino. Europa siempre estuvo en mi corazón gracias a mis abuelos alemanes que me acercaron su cultura con tanto amor".

"A mis 32 años me consideraba un poco `vieja´ para volver a iniciar una vida de estudiante. Tenía el prejuicio de que me estaba tomando el último tren que salía de la estación. Llega una edad en la vida donde, cuantos más años uno tiene, más consciente es de la ansiedad que provoca enfrentarse a un mundo totalmente desconocido".

Monasterio budista Gandantegchinlin, Mongolia.

Para Carolina, aquel 11 de agosto de 2017 será siempre la fecha cúlmine en la historia de su vida. Significó un cambio radical donde tuvo el coraje de animarse a una migración, algo que jamás creyó poder atravesar sola. Un sueño que parecía surreal y que, sin imaginarlo, la llevó a vivir en Mongolia.

Camino a Mongolia

El primer semestre lo cursó en Dinamarca, luego fue el turno de Eslovenia y, finalmente, Carolina concluyó su máster en gestión en turismo en septiembre de 2019 en la Universidad de Girona, ciudad catalana en la que residió hasta que Mongolia apareció en el mapa.

Su acercamiento al lejano país surgió cuando decidió comenzar un doctorado y la facultad de turismo le ofreció trabajar como investigadora. Fue entonces que su supervisor le dio la oportunidad de postularse para una beca Erasmus+KA107, que incluía una estancia de investigación en otro rincón del mundo.

"Estas becas tienen la finalidad de fomentar el intercambio de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR