Dejaron otro mensaje inquietante

Hubo miradas de rabia y desolación entre aquellos que llevaron una camiseta roja como la sangre. Fue una tarde de hinchas contra hinchas, por definirla de alguna manera. La causa que guía el corazón de Independiente quedó dividida entre los que respaldaron al presidente Javier Cantero en su lucha contra la barra brava y aquellos que, bajo la orden de los cabecillas que se quedaron fuera del estadio de Sarandí, insultaron al dirigente y hasta promovieron incidentes durante el partido con Arsenal. Triste. Los Rojos, probablemente, cerraron una de las semanas más tristes, incluso despojándose de la derrota por 3-1, ahí bien cerca del barrio, de la cuna de Avellaneda. Quedó, acaso, la sensación más penosa: la prueba de fuerzas apenas empezó.El ambiente se cargó de tensión hasta los tres minutos del segundo tiempo. En la tribuna visitante lateral, de apenas unos 25 escalones, empezaron los movimientos extraños. Se vieron varias piedras que volaron desde afuera de la cancha. Por las dudas, separados por un espacio vacío, los hinchas de Arsenal también se aprestaron. Al principio pareció una disputa entre la gente de uno lado y otro. Al final, los testimonios cercanos confirmaron que los objetos fueron lanzados por los mismos barrabravas de los Rojos que se quedaron en la calle, aparentemente arengados por los líderes que no ingresaron por el derecho de admisión: Pablo "Bebote" Álvarez, César "Loquillo" Rodríguez y Adrián "Tortuga" García. Según los comentarios, los tres merodearon con insistencia la zona del estadio.Los disturbios duraron alrededor de ocho minutos. Entre la confusión, simpatizantes de Arsenal intentaron romper la reja que dividió el sector. Pero el tema no era con ellos. Dentro y fuera del estadio se escucharon estruendos de balas de goma ni bien intervino ?algo tarde? la policía. La calma volvió poco a poco mientras se enfriaban los músculos de los jugadores. Entonces, se completó de inmediato aquel hueco detrás del arco que los barrabravas de Independiente dejaron como un claro mensaje de que "estaban", aún sin estar.Ahí empezó el duelo de hinchadas dentro de la misma tribuna roja. Unos contra otros. La mayoría cantó que "el club es de los socios". El grupo más pequeño insultó una y otra vez a Cantero, con ademanes furiosos hacia el palco que ocupaba el dirigente, y le exigió, bajo amenaza de "quilombo", la devolución de las banderas que fueron sacadas del club y guardadas en la comisaría 1era de Avellaneda. Algunas de ellas fueron compradas...

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