Un déficit estructural

El conflicto político en Santa Cruz puede estar en vías de solución, o al menos de interrupción temporal, pero los efectos educativos de esa disputa -que es más profunda que un reclamo docente, como lo refleja el estado de movilización de otros gremios de la provincia- recién empiezan a verse.Como acaba de mostrar Santa Cruz, con prolija periodicidad en algún lugar del país se pone en evidencia, en sus peores consecuencias, el déficit estructural más grave que tiene la educación argentina: su dependencia de los avatares políticos, la disponibilidad de recursos y la fortaleza sindical de cada provincia, lo que termina construyendo circuitos educativos profundamente desiguales para los alumnos.Sin embargo, este problema no tiene una solución única ni principalmente educativa. Como afirma el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), la Argentina tiene hoy dos circuitos de desigualdades educativas: uno reproduce las disparidades sociales -"los alumnos de sectores vulnerables necesitan una mayor oferta educativa"- y otro está marcado por el injusto reparto de la coparticipación. Que en el caso particular de Santa Cruz la muestra como una de las provincias más beneficiadas."Las provincias con menos recursos fiscales son las que pagan salarios...

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