Defender los liceos como institutos de excelencia

Es hora ya de terminar con la distorsión de la historia para devolver a esos centros de capacitación el reconocimiento y el apoyo que merecenEl mismo ministro de Defensa que anuló recientemente el homenaje del Ejército a soldados víctimas del terrorismo subversivo de los años 70 parece reaccionar: desde su cartera hacen saber queSe acaba por hartazgo el tiempo de distorsión flagrante de la historia y de negarles reconocimiento a quienes perdieron hasta la vida durante gobiernos constitucionales del propio peronismo a raíz del accionar de organizaciones terroristas cuasi estatales. Denominación bien puesta por crímenes que cometieron merced a la preparación, entrenamiento y complicidad de gobiernos extranjeros como el de Cuba, sin ir más lejos.Con los antecedentes del kirchnerismo en el tratamiento de las cuestiones militares se explica la aprehensión abierta cuando el Ministerio de Defensa informó que está trabajando en Es el caso ahora de los liceos militares.Son en total nueve: seis, en jurisdicción del Ejército; dos, en la Armada, y uno, en la Fuerza Aérea. El primero de todos fue el Liceo Militar General San Martín, fundado en 1938. Al segundo lo creó el presidente Perón. Fue el Liceo Naval Militar Almirante Guillermo Brown, a cuya primera promoción se abrieron en Río Santiago las puertas de lo que había sido la vieja Escuela Naval Militar.Entre 2007 y 2010, años de humillación de las Fuerzas Armadas por la entonces ministra , se examinó la hipótesis de cerrar los liceos. Era natural que así ocurriera con dirigentes comprometidos con políticas de izquierda, exacerbadas y anacrónicas, que desconfían de los militares hasta el ninguneo del sentido de la defensa nacional en los países de tradición democrática. El caso del general César Milani y los de algunos otros fueron parte de las patologías incomprensibles que emergen en todo tiempo.Uno de los pasos debía ser el destrato de las casas de estudios que preparan adolescentes, como en la Argentina, para el ingreso en la vida civil después de haberse formado en exigentes disciplinas investidas del espíritu militar. Sorprende que, al cabo de casi un año en funciones, el ministro se asombre todavía de que no más del 1% de los graduados en liceos siga la carrera militar. No han sido creados para eso, sino para insertar a sus graduados en la sociedad civil. El ministro debería informarse mejor.En rigor, los liceos han estado en la picota desde el gravísimo retaceo de recursos para Defensa...

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