Un default falso y un ajuste verdadero

Los que vieron a Mauricio Macri en las últimas horas escucharon cierta autocrítica sobre la historia de su gobierno. El Presidente acaba de terminar su semana más difícil desde que está al frente del Estado. Deslizó que cuando llegó se entusiasmó con el crédito internacional que le permitía una política demasiado gradual en la reducción del monumental gasto público que heredó.Quizá la cosas habrían sido de otro modo si la crisis de estos días hubiera sucedido en enero de 2016. No habría ninguna duda de que el legado de Cristina Kirchner fue mucho peor que lo que escribió en sus prolijos cuadernos un remisero obsesionado. El gradualismo funcionó mientras no hubo sorpresas en el mundo. El macrismo confió en ese mundo sin sorpresas. Un funcionario sincero lo explicó de esta manera: "Hicimos con el déficit kirchnerismo con buenos modales". El mundo cambió con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Ahora Macri debe hacer, en el año que le queda de mandato, lo que no hizo en los tres años anteriores.No sería justo ignorar los efectos de la crisis internacional. Ninguna empresa latinoamericana consiguió un dólar de crédito en los últimos cinco meses. Si se leen los diarios internacionales, todos ellos hablan de la crisis que afecta a las economías emergentes. Desde Rusia hasta Brasil, pasando por Sudáfrica, Turquía y, desde ya, la Argentina. El país tuvo un espacio propio en la prensa extranjera solo el viernes pasado, después del jueves negro que llevó el dólar a casi 41 pesos. El país no tiene más crédito que el que le da el Fondo Monetario. Los mercados se cerraron a cal y canto para la Argentina. Influye su crítica situación macroeconómica (indomables déficits fiscal y de cuenta corriente), pero también algunos datos políticos. Detrás de Macri no hay nada o, lo que es peor, está el pasado de la década kirchnerista. No todo el peronismo es kirchnerista (y hay peronistas serios), pero eso no pesa en el trazo grueso de los mercados internacionales. Christine Lagarde se lo dijo al propio Macri cuando este le requirió su opinión sobre las razones del elevado nivel del riesgo país de la Argentina. "Su país declaró un default hace 16 años. Es poco tiempo para el mundo", le respondió, implacable. Lo que no dijo Lagarde es que aquel default se anunció en medio de una increíble fiesta política, y que luego el gobierno de los Kirchner se ufanó de haberles sacado el 70 por ciento del capital a los acreedores.La política de déficit cercano a cero que el...

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