El default como capital político

"Yo nunca dije eso", se defendió Incómodo, aguantó con la mirada la presentación luminosa de un collage que exhibía, sobre un panel, recortes de diarios con declaraciones de empresarios sobre el tema que había ido a discutir con el anfitrión, Augusto Costa: el proyecto de una nueva ley de abastecimiento, manifiestamente resistido por los dirigentes fabriles. Fue el jueves por la tarde en la Secretaría de Comercio. Estaban también Daniel Funes de Rioja y Martín Etchegoyen, directivos de la UIA.suele ser con sus interlocutores infinitamente más amable que su antecesor, Guillermo Moreno, pero ese recibimiento gráfico incomodó de entrada a los visitantes. "Ésta es la muerte de la empresa privada", le atribuía el collage a Méndez, que lo negó apelando a una broma, aunque el día no estuviera para jocosidades. "No dije eso. Pero la verdad es que es una buena frase. Por ahí salgo y se lo digo a los periodistas."Costa no creyó la desmentida y volvió a su obsesión. "Quedamos en que no íbamos a ir a los medios", reprochó. "Yo no fui a los medios", contestó el industrial. "Pero ¿cómo que no?", recibió por respuesta, y buscó entonces cambiar el eje de esa discusión irrisoria e interminable: "¿A vos te parece que yo puedo controlar todo lo que se diga y trascienda de una reunión de junta directiva multitudinaria?". Costa llevó entonces a ese fabricante de contenedores plásticos al terreno de lo particular. Le explicó que, como empresario pyme, el nuevo contexto regulatorio podría protegerlo de aumentos desmedidos en materia prima y abusos monopólicos. Méndez contestó que no era el modo, que otros funcionarios habían logrado remediar esas asimetrías a través de convocatorias a todos los sectores.Una conversación amable, pero imposible. Después del , el renovado combate a las corporaciones viene a ser para el kirchnerismo la sublimación de un despecho. Como si toda la energía malgastada durante el primer semestre en un amago ortodoxo que le permitiera al Gobierno ordenar el frente externo, endeudarse y gastar, estuviera puesta ahora exactamente en lo contrario: una batalla cultural que, si no con holgura financiera, le permitirá despedirse del poder con capital político.Esa última reunión con la UIA fue entonces un fracaso. Al Palacio de Hacienda le había molestado que Méndez fuera acompañado por Funes de Rioja y Etchegoyen cuando, en realidad, tres días antes se había acordado que sólo irían equipos técnicos para discutir punto por punto. "Si ya mandaron el proyecto al...

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