Deconstruirse: el sabio consejo de Eels

"La deconstrucción ha comenzado, es hora de que me desmorone. Y si crees que fue difícil, te digo que nada cambia hasta que comiences a descomponerlo". El primer verso de "The Deconstruction", el tema que abre y le da nombre al duodécimo álbum de estudio de Eels, es en buena medida la síntesis del concepto rector de un disco sin concepto.

Como si el tal Mark Oliver Everett (E a secas para sus seguidores) hubiera intentado separar cada uno de los componentes musicales y estéticos que construyeron la extensa carrera de Eels, y a partir de ellos plasmar cada canción del álbum. Porque en cierto punto, The Deconstruction suena a grandes éxitos de Eels, pero con temas inéditos. De allí que algún fan desprevenido pueda sentirse decepcionado por esta nueva entrega de E, el músico de las mil y una identidades indie que siempre buscó desmarcarse de sí mismo. De allí también que esta pequeña obra (lejos está de producciones como Electro-shock Blues, Souljacker u Hombre lobo) pueda ser una puerta ideal para introducirse en el rico y ecléctico universo. A cuatro años del confesional The Cautionary Tales of Mark Oliver Everett, Eels regresa con un puñado de canciones sensibles que parecen extraídas de diferentes períodos y humores de este músico norteamericano de 55 años, pero que en su conjunto logran pintar un paisaje único, misterioso, a veces minimalista, por momentos distorsionado y siempre nostálgico y melancólico. "Nos pasamos la vida construyendo muros y trincheras, pero para protegernos de quién, para salvarnos de qué... En un mundo condenado al colapso y el derrumbe, deberíamos iniciar su deconstrucción a partir de la belleza", le dijo Everett este año a la revista Mondosonoro, como clave para comprender mejor la esencia de The Deconstruction. Así, tras el hipnótico ritmo de "The Deconstruction", "Bone Dry" se ubica entre lo más inspirado del disco y...