Un declive comercial que se siente en los centros del conurbano

La fila de tres cuadras de largo que comienza en la puerta de la Escuela Técnica Nº1 de Lomas de Zamora se sale del molde en el que el centro lomense vive la nueva La espera de un bolsón de mercadería que se entrega en la escuela ubicada a metros de la Catedral, la plaza central del distrito y la municipalidad, le da algo de movimiento a las calles Manuel Castro, Boedo e Hipólito Yrigoyen, pero se trata de una excepción.Las arterias céntricas de la zona están marcadas por un ritmo cansino de personas y abiertos bajo distintas modalidades y mezclados con locales de persianas caídas.En la calle Arieta, en pleno centro de San Justo, partido de La Matanza, salvo por unas pocas esperas frente a algún banco, el silencio, la baja circulación de personas y una mayoría de cortinas cerradas son la norma.La merma de ventas es notable en cada mostrador y el escenario que marcan cámaras y agrupaciones de comerciantes locales es oscuro en estos dos puntos céntricos del sur y el oeste del conurbano bonaerense, recorridos por LA NACION.Tanto en Lomas de Zamora como en San Justo, son una constante los testimonios de comerciantes que afirman que sus ventas bajaron notablemente con respecto a la semana previa al aislamiento estricto y los números en picada de las cámaras. Son dos pequeñas muestras de una caída que afecta con dureza el comercio en el Gran Buenos Aires.Si bien algunos locales de la calle Boedo tienen un poco de movimiento por alguna persona que ingresa mientras espera llegar a la escuela donde se entrega la mercadería, los primeros días de la nueva cuarentena estricta golpean."Las ventas cayeron más o menos a la mitad. La semana pasada había más gente, fue casi normal. Hoy se mueve un poco porque está la entrega de mercadería", dice Luciano Baviera, que atiende un local de artículos de limpieza, detrás de una protección plástica ubicada en la entrada del comercio."Estos días la venta estuvo muy mal, bajó un 60% fácil", corrobora Pablo Lora, que en la misma cuadra tiene un comercio de venta de productos de limpieza sueltos."Un 50% menos estos días", no duda Luisa Pereyra, detrás de una soga que marca distancia en un conocido negocio de artículos plásticos para el hogar. En una casa de fotos de la misma calle Boedo, con un dispositivo de líquido sanitizante que se acciona a pedal ubicado antes del ingreso, Hernán González comenta a LA NACION que el promedio de clientes es de "seis por día" y que está trabajando "un 15% de lo que se laburaba".La...

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