¿Dar el ejemplo?

Resulta tan sorprendente como irritante que algunos funcionarios hayan recibido con anticipación la vacuna del Covid-19 a pesar de no integrar los grupos de riesgo. El presidente la vicepresidenta los gobernadores de Buenos Aires, Córdoba y Corrientes, Axel Kicillof, Juan Schiaretti y Gustavo Valdés, respectivamente, y el intendente de la Matanza, Fernando Espinoza, ya han sido inoculados, entre otros beneficiarios de privilegio.Algunos no solo han recibido la primera dosis, sino también la segunda y en tiempo récord, comparado con los millones de ciudadanos que están a la espera de un cronograma largamente anunciado, pero al que no solo le falta ponerle fechas concretas, sino contar con suficientes vacunas para ejecutarlo.Se trata de una nueva prerrogativa que se asignan los funcionarios públicos en detrimento del personal de la salud, de los adultos mayores y de las personas con factores de riesgo, que deberían ser los primeros en acceder a la vacunación.El Gobierno trató de dar sostén legal a esta inmoralidad al dictar el pasado 23 de diciembre el Plan Estratégico de Vacunación contra el Covid-19, que inexplicablemente incorporó a los funcionarios entre los grupos que deben recibirla de forma prioritaria.Tanto la decisión del gobierno nacional como la conducta de estos funcionarios inoculados violan normas éticas elementales, constituyendo un grosero abuso de poder.Para justificar este "premio" indebido, el gobierno nacional sostiene que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere vacunar a figuras públicas para convencer a la población de sumarse al plan de vacunación, pero omite decir que esa recomendación es para los casos de disponibilidad de vacunas y no, como el nuestro, en el que se carece de ellas precisamente por la impericia gubernamental de haber aletargado hasta el infinito la negociación y compra de las dosis suficientes. Hasta hoy llegaron al país solo 820.000 dosis de los 10 millones que el presidente Alberto Fernández prometió que serían aplicadas en enero.El oficialismo nacional presionó públicamente a la oposición para que el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires se vacunara anticipadamente y así extender a las dos fuerzas políticas más representativas la irresponsabilidad de birlar el turno que les corresponde a los grupos de riesgo. El senador kirchnerista del Frente de Todos afirmó incluso que "debería haberse vacunado" y que, por no haberlo hecho, "se contagió". Una deducción que, por lo fuera de...

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