La cumbre de Singapur, primer paso de un camino riesgoso y sin final a la vista
El acuerdo con Corea del Norte es la gran apuesta en política exterior de Trump
WASHINGTON.- Una vez que el apretón de manos, la conversación y la histórica fotografía entre ambos sean ya parte del pasado, y la novela de la cumbre en Singapur haya terminado, Donald Trump y Kim Jong-un habrán dado apenas un primer paso en un largo camino, plagado de riesgos y sin un final certero a la vista.
Fue el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, quien se encargó, horas antes de la cumbre, cuando los equipos de ambos líderes aún terminaban de pulir la declaración final, de poner paños fríos a las expectativas sobre el desenlace de Singapur al afirmar que el encuentro serviría para "establecer el marco para el arduo trabajo que seguirá".
"Esperamos que esta cumbre ayude a establecer las condiciones para futuras conversaciones productivas", prometió Pompeo, llevando la mirada al horizonte. "Este presidente se asegurará de que cualquier acuerdo potencial falle en abordar adecuadamente la amenaza de Corea del Norte", agregó. Palabra clave: "potencial".
Pompeo insistió en que, para Washington, el objetivo de ese "acuerdo potencial" no había cambiado: una desnuclearización "completa, verificable e irreversible de la península de Corea", dijo, es el único resultado que Estados Unidos aceptará. Pyongyang busca seguridad y desarrollo económico.
Ahora que Washington y Pyongyang han abierto una nueva negociación tras una de las cumbres más improvisadas e impulsivas que se recuerden , la primera pregunta que surge es la misma de siempre: ¿Es todo eso factible?
Ya antes de sentarse a hablar con Trump, Kim, uno de los dictadores contemporáneos más brutales, había ganado mucho entregando poco a cambio. Para empezar, algo que siempre buscó: legitimidad. Trump pasó de llamarlo "Hombre Cohete", a tildarlo de "honorable", viajó para verlo y sacarse la foto. Sus funcionarios dejaron de hablar de Libia, algo que provocaba escalofríos en Pyongyang. Trump borró del guión oficial el término "campaña de máxima presión". Pompeo, ayer, habló de "sanciones". Punto. Una más: cualquier discusión sobre derechos humanos quedó fuera de agenda.
Pompeo anticipó que ofrecerían "garantías de seguridad" inéditas para conseguir la desnuclearización. Pompeo no brindó detalles, pero dio a entender que el éxito dista de estar garantizado.
"Corea del Norte nos ha confirmado su voluntad para desnuclearizar y estamos ansiosos por ver si esas palabras son sinceras", admitió.
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