La cumbre no despejó en el Senado el escenario de incertidumbre

El gesto de fortaleza que intentó dar juntando a gobernadores en la quinta de Olivos no tuvo efecto en el , donde el proyecto de reforma laboral sigue sufriendo contratiempos. Ayer, el oficialismo fracasó en un tibio intento por forzar la firma del dictamen y, ante la intransigencia del PJ a acelerar los tiempos, deberá esperar hasta la semana próxima.

Esto deja la aprobación de la iniciativa en la Cámara alta en el límite mismo del final de las sesiones ordinarias, el 30 de noviembre. Teniendo en cuenta que el texto sufrirá modificaciones, el Poder Ejecutivo se verá obligado a convocar a extraordinarias para que la Cámara de Diputados pueda tratarlo en diciembre en segunda revisión.

A esto se suma un escenario de total incertidumbre sobre las modificaciones que sufrirá el proyecto y, lo que es más importante aún, la mayoría con la que saldrán de la Cámara alta. Una mayoría agravada de dos tercios haría imposible que el oficialismo pueda revertir esos cambios si, como se espera, no son del agrado de la Casa Rosada.

Si el Gobierno esperaba meter presión al Senado con la foto de gobernadores respaldando la reforma electoral, por el momento no parecería obtener los resultados que esperaba. "Los gobernadores que tiene votos son otros, no los que llevaron hoy a Olivos", afirmó un senador del FPV a LA NACION. "Hay antecedentes: las leyes de holdouts (pago de la deuda) y de blanqueo; que se acuerden con quienes acordaron en esa oportunidad", agregó el legislador.

La lista de los que "mueven el amperímetro" en el bloque del FPV del Senado la integran gobernadores como Carlos Verna y Gildo Insfrán. Con banca en el Senado se suma a la nómina Gerardo Zamora, cuya esposa, Claudia Ledesma Abdala, gobierna Santiago del Estero. Sólo estos tres dirigentes podrían aportar 7 votos.

El gran problema para la Casa Rosada es que tanto Insfrán como Zamora son dos fervientes opositores a introducir cualquier tipo de reforma en el sistema electoral.

Como contrapartida, los nueve gobernadores reunidos ayer por Macri en la quinta de Olivos apenas aportan 11 votos. El número parece interesante, pero el tema es que salvo el caso de la fueguina Rosana Bertone y del misionero Hugo Passalacqua, los demás son votos que ya se habían definido con anterioridad o que el oficialismo daba por descontado en su búsqueda de apoyos en la Cámara alta.

El caso más...

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